Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Jugando una moneda al aire

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en La Plata.

Archivo La Nueva.

   La tensa calma que vive hoy el oficialismo (tal vez olfateando un futuro rol opositor) durará seguramente hasta la noche del 27 de octubre. Fecha que finalmente terminará de decantar el resultado de las PASO, esa “semifinal electoral” que no fue tal pero que definió casi todo, antes de tiempo, en la provincia de Buenos Aires.

   Cercanas y lejanas a la vez, las elecciones generales de octubre probablemente marquen el fin de la alianza Cambiemos como la conocemos hoy, cuanto menos.

   Y ya no será lo que fue. La dinámica hacia adentro de la coalición gobernante, en la actualidad está marcada por la hegemonía amarilla del Pro. Lejos del poder en la Nación y en la Provincia, los socios de la UCR (y los “lilitos” de la Coalición Cívica en menor medida) buscarán establecer una relación de mayor horizontalidad.

   Además, habrá que observar también con mucha atención los reacomodamientos dentro del mismo Pro. Hoy parece que sólo la actual gobernadora María Eugenia Vidal y el intendente de Vicente López, Jorge Macri -junto al alcalde Horacio Rodríguez Larreta si sortea bien la elección porteña- pueden aspirar a soñar con un futuro político con expectativas reales de poder.

   “Vamos a seguir trabajando con el mismo compromiso por la reelección de Vidal, porque creemos que es lo mejor que le pasó a nuestra Provincia” militan legisladores de Juntos por el Cambio.

   La mandamás bonaerense, por su parte, decidió encarar una campaña atípica, sale a recorrer municipios como una “vecina de pie” pero no sin poner la mejilla. Aunque parte de la estrategia incluye direccionar de forma indirecta las responsabilidades de la crisis económica y del resultado electoral hacia la Casa Rosada.

   En cuanto al espacio Cambiemos, y en territorio bonaerense, esa horizontalidad que exigirán (ya lo hacen en off) la UCR y la CC seguramente se expresará a partir de diciembre dentro de la Legislatura. De ello dependerá la estrategia que seguirán: con un solo bloque, con bloques separados, o con un gran interbloque.

   El actual vicegobernador y presidente de la UCR bonaerense por un año más, Daniel Salvador, ya se está preparando para la embestida de los radicales que ven la posibilidad de vengarse de lo que consideran algunos destratos del Pro en sus mejores días en el poder.

   El vicegobernador, en su fuero más íntimo, quizás sueñe con la posibilidad de continuar con el statu quo actual, pensando a la UCR como un socio importante dentro del armado futuro del “vidalismo”, de cara a las elecciones legislativas de 2021, y como dispositivo de resistencia a una futura gobernación peronista K de Axel Kicillof.

   Para esa apuesta táctica, si se repitieran los números de las PASO, cuenta con las herramientas. En el Senado bonaerense, en un hipotético bloque radical, todos le responden; y en Diputados, siete sobre diez. Dentro del partido, domina la mesa directiva, y una mayoría absoluta en la Convención provincial, máximo órgano decisorio de los boinas blancas.

   Esos son los números hoy. Claro que, en política, todo puede cambiar.

   Desde las principales cúpulas del Frente de Todos aseguran que Kicillof y su entorno más cercano “puntean” la situación de distritos de la Sexta, donde el economista aspira a mejorar la performance que tuvo en las recientes elecciones de agosto.

   Referentes del peronismo clásico dicen que en la proyección en ámbito bonaerense se apunta a “mantener y recuperar” municipios. Se habla de un total de 90 en los cálculos más optimistas que, a partir de diciembre, estarían alineados con Provincia y Nación.

   Puntualmente, en usinas platenses ven como muy factibles los regresos de los exalcaldes Ricardo Moccero (Coronel Suárez) y Gustavo Trankels (Tornquist). La definición en algunas intendencias puntuales todavía es una “lotería” en términos electorales.

   Haciendo foco en la sede gubernamental en calle 6, admiten que se viene un par de años de “malas noticias” producto de la fragilidad financiera que dejaría Vidal en la Provincia, además de una “administración irresponsable con altos niveles de endeudamiento”.

   También advierten que en algunas sedes ministeriales ya comenzaron a “bajar las persianas” de atención municipal.

   “El oficialismo de Cambiemos no se hace cargo de las consecuencias sociales de su cruel política económica", señalan.