Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Las violaciones "en manada" son frecuentes, coinciden especialistas de Argentina y Latinoamérica

"Muchas violaciones grupales no son nombradas como tales", aseguró la socióloga Silvia Chejter.

Foto: Marca

   Una familia denunció hoy que su hija de 14 años fue violada por al menos tres hombres en la localidad bonaerense de José C. Paz, una víctima más de las llamadas violaciones "en manada" que en el último año fueron noticia en medios de Argentina y Latinoamérica, reflejo de un delito que no tiene fronteras y que especialistas consideran "más frecuente" de lo que muestra la prensa.

   Las llamadas violaciones en manada "animalizan a los agresores" y, además, "la manada siempre sigue a alguien que la conduce, de modo que el resto del grupo tiene menos responsabilidad. Es una forma de desrresponsabilizar", analizó la socióloga Silvia Chejter.

   En los últimos meses se hicieron públicas en Argentina las violaciones grupales a una adolescente de 14 años en un camping en la Costa Atlántica, a otra chica de la misma edad en Las Lajitas, Salta, a una de 15 en Villa Elisa, en la provincia de Buenos Aires.

   Y hay otras denuncias de adolescentes que están en proceso judicial en la justicia bonaerense y de Chubut.

   ¿Las violaciones grupales son esporádicas y una realidad nueva?, fue la pregunta para la socióloga, quien tajante respondió: "De ninguna manera. En base a investigaciones empíricas y a observaciones que transmiten profesionales de la salud, la frecuencia de las violaciones colectivas es alta", indicó.

   Y agregó: "Antes se las llamaba patotas o se identificaban como violaciones grupales, colectivas, de bandas. El concepto 'manada' se impone en los últimos años a partir del caso español".

   Se refiere a los cinco hombres que se autodenominaron "La Manada", y que en 2016, durante la fiesta de San Fermín, violaron a una joven.

   Chejter recordó "la violación grupal a María Soledad Morales —asesinada en Catamarca en 1990— que fue consumada por una patota de 'niños bien', hijos de funcionarios y políticos".

   "Muchas violaciones grupales no son nombradas como tales", enfatizó.

   Desde Bolivia, la abogada Jessica Echeverria dijo a su vez a Télam que "hay que tomar conciencia de que las violaciones en manada son más comunes de lo que creemos".

   La profesional es abogada de una joven de 18 años que en diciembre último fue violada en Santa Cruz de la Sierra por cinco varones, uno menor de edad.

   Los cuatro adultos acusados están presos esperando el juicio y "hay un pacto de silencio entre ellos", aseveró la abogada.

   Añadió que "hay violencia sexual ejercida en grupo, dinero, contactos políticos, consumo de drogas. Tanto los violadores comos la víctima son de familias de clase económica acomodada".

   Criticó que "no se ha cuidado la identidad de la chica, algunos periodistas dieron nombre, dirección. Se cruzó el límite. El periodismo tiene que cuidar a las mujeres", afirmó Echeverría.

   "La manera en que se está investigando demuestra que la Justicia es machista, que viola una y otra vez a esta chica, que está realmente muy mal", contó la profesional.

   En Ecuador el panorama es igual. Las violaciones grupales "van en aumento, también la brutalidad. No todos los casos se visibilizan ya que se hacen públicos aquellos que las mujeres deciden denunciar", compartió con Télam la abogada Ana Vera, directora de la ONG de Derechos Humanos Surkuna.

   En la organización han atendido "en el último tiempo, al menos, a cinco víctimas de violaciones colectivas. Y en general los violadores son jóvenes y conocen a la víctima".

   Vera dejó dos reflexiones: "La violación grupal implica que hay hombres que se ponen de acuerdo para violar. ¿Qué es —se preguntó— lo que hace que decidan violar como sentido de grupo? Además, en general no hay víctimas únicas, conocemos a las que se animan a denunciar", concluyó. (Télam)