Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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A 74 años del despegue del Enola Gay con su Little Boy

La bomba atómica arrojada sobre Hiroshima sigue generando muertes.

A las 14 de hoy, desde la modesta isla de Tinian, en el mar de Filipinas, inició el despegue el bombardeo B-29, bautizado Enola Gay, al mando del comandante Paul Tibbets.

La nave --una verdadera fortaleza aérea-- llevaba la primera bomba atómica destinada a ser arrojada sobre una población civil.

El presidente norteamericano, Harry Truman, había dado el visto bueno para la operación y "Little boy", tal el nombre puesto al artefacto, inició su viaje de seis horas hasta Hiroshima, ciudad de escaso valor estratégico en el marco de la guerra, famosa por la belleza de sus sauces.

Eran las 8:15 del 6 de agosto, las 20 del 5 para nosotros, cuando la bomba comenzó su caída desde 4.900 metros de altura. Explotó a 600 metros del suelo y redujo a cenizas a casi 100 mil personas, incluidas mujeres y niños. "Todos los seres vivientes fueron borrados de la tierra", señaló un comunicado dado a conocer horas después por las autoridades japonesas. Tres días después se lanzó la segunda sobre Nagasaky.

Mucho se ha escrito (y se seguirá haciendo) sobre las razones por las cuales Estados Unidos lanzó la bomba. Si bien su impacto emocional fue enorme, sus efectos no se alejaron demasiado de los bombardeos convencionales. El realizado con bombas incendiarias Napalm sobre Tokio, por caso, generó más víctimas fatales que en Hiroshima y Nagasaky.

La bomba atómica significó el final de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto bélico que redujo la población mundial en 70 millones de personas.