Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Bajó el desempleo en Bahía Blanca ¿es realmente una buena noticia?

Comprender como se mide el flagelo es crucial para conocer la realidad.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

        El anuncio de baja del desempleo local puede ser, a simple vista, una buena noticia para nuestra ciudad, en momentos donde la economía no suele darlas.

       Sin embargo, el examen de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC para el aglomerado Bahía Blanca-General Cerri (BBC) arroja, por lo menos, dos aclaraciones de suma importancia para comprender adecuadamente a la estadística pública, un insumo básico para la población y sus gobernantes, que, nobleza obliga, el actual Gobierno, a diferencia del anterior, se esforzó en mejorar.


      La primera aclaración tiene que ver con el tamaño de la muestra. El error de estimación es muy sensible a la cantidad de personas encuestadas, con lo cual, una muestra de unas 300 personas, como la que utiliza el INDEC en BBC,  puede no ser representativa de la situación laboral de los bahienses.


      Pero hay otra más importante aún y que nada tiene que ver con la cantidad de personas visitadas por un encuestador.


     Es que por convenciones internacionales, como las que establece periódicamente la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la definición de desempleo es la de desempleo abierto. ¿Qué significa? Que para el INDEC, una persona es clasificada como "desempleada" solamente si se halla abocada a la búsqueda activa de un trabajo a lo largo de un período de referencia, es decir, la semana previa a ser abordado por un encuestador.


      Con todo, si una persona no buscó empleo en la semana de referencia, no pasa a ser clasificado como desocupado sino como inactivo, es decir, queda afuera la Población Económicamente Activa (PEA) que es la suma de los que tienen empleo o, pese a no tenerlo, están detrás de uno.


      Lo anterior no sería un problema en países con altas tasas de crecimiento y elevada estabilidad económica. El problema es que vivimos en Argentina, donde no abundan, precisamente, ninguna de las situaciones detalladas.


      Entonces, si una persona no buscó empleo en la semana previa, muy probablemente no lo haya hecho por las escasas perspectivas de hallarlo ante las malas condiciones del mercado laboral. Pero para la estadística pública, estaría afuera de la PEA.


      Y tal parece que esa es la foto de lo ocurrido entre el primer trimestre de este año e igual lapso de 2018, donde la cantidad de bahienses con empleo (unos 139.000, que equivalen al 44,5% de la población total) se mantuvo inalterada en un año. Es decir, no se hubo más bahienses con trabajo en ese lapso.


      Pero del otro lado, la cantidad que tiene o busca empleo (la Población Económicamente Activa) pasó de 154.000 a 152.000 personas. Traducido, unos 2.000 bahienses menos sin empleo salieron buscar uno con relación a lo que pasaba en el primer trimestre de 2018, ya que, como arriba se indica, la cantidad de bahienses con empleo no se modificó en un año.

      Ergo, como la otra cara del fenómeno, esos 2.000 bahienses dejaron de estar en el desempleo para pasar, lisa y llanamente, a la inactividad.


      Valga aquí una aclaración: si los 2.000 inactivos están bajo esa condición porque no quieren o no pueden buscar trabajo es muy difícil de dilucidar.

     Sin embargo, una pista: en los períodos recesivos, la pesquisa de empleo suele mermar, entre otras cosas, porque buscar tiene un costo (imprimir currículums, pasajes de colectivos, etcétera), el que podría inducir a la gente a postergarla.