Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Desdoblamiento: en el vidalismo hay halcones y palomas...

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   En despachos fundamentales de la Casa Rosada siguen con atención el desarrollo de una especie de pulseada que ahora mismo se desarrollaría hacia el interior del gobierno de María Eugenia Vidal, y que tiene que ver directamente con la fecha en las que se llevarán a cabo las elecciones en la provincia de Buenos Aires en las que la gobernadora buscará su reelección.

   Un detalle antes de avanzar: en esos despachos se reconoce, en consonancia con un dato de la más pura realidad, que la decisión de Vidal de unir su destino político al de Mauricio Macri con aquel anuncio de pegar la elección provincial con la nacional el domingo 27 de octubre, es por ahora "de palabra". Es decir, no hay todavía un decreto firmado mediante el cual se oficialice y sin retorno ese paso.

   ¿Eso significa algo en la práctica, en todo caso algo más que el dato aparentemente burocrático de ponerle la firma a una afirmación pública de la que no podría luego haber retorno? "La decisión es no desdoblar, pero todavía no hay nada firmado", le ponen condimento de cosa no del todo juzgada en oficinas del vidalismo en la city porteña.

   Ocurre, dicen las mismas fuentes, que en el seno del gabinete de Vidal hay halcones y palomas.

   Están los que insisten en que pegar la elección bonaerense con la nacional, en momentos en que Macri no termina de encontrar el piso de su caída en las encuestas de imagen, es un gesto de altísimo riesgo.

   Esgrimen dos razones: la primera, y más importante, es que Buenos Aires no tiene segunda vuelta. No hay revancha ni proyecciones que valgan. El que gana por un voto el 27 de octubre se queda con la gobernación. El problema para los halcones es que Vidal tiene muy buena imagen e intención de voto cuando se planifica una elección desdoblada de la nacional, pero deja algunos puntos en el camino cuando se proyectan esos mismos números pero en elecciones unificadas.

   La segunda, es que según numerosas encuestas que se han analizado en los últimos tiempos, en general el escenario marca que Macri podría perjudicar a Vidal con su baja imagen e intención de voto, más que lo que la gobernadora podría beneficiar al presidente al apuntalar la escena nacional con su buena -- aunque ha experimentado también ella algunas pérdidas en las últimas semanas-- imagen e intención de voto, en especial en la Primera Sección Electoral y en el interior provincial.

   Las palomas del gabinete de Vidal obviamente defienden con mirada nacional más que provincial la decisión de la gobernadora de unificar las elecciones en octubre. Consideran, un escenario que la propia Vidal revisó en ocasiones anteriores y que habría reiterado durante el último retiro espiritual de Chapadmalal, que "dejar solo" a Macri en las elecciones de octubre no solo perjudicaría las ya de por sí comprometidas chances del presidente de obtener la reelección, sino que no adelantar hubiese significado "un pésimo mensaje hacia el electorado" porque debilitaría notoriamente la imagen de Macri y sus posibilidades electorales. Una estrategia, recuerdan, que marcó a fuego en aquella oportunidad en la que Vidal anunció que no desdoblaba, un trabajo del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba.

   Los halcones han introducido en los últimos debates sobre la cuestión un argumento que creen que debe ser escuchado en el principal despacho de la gobernación platense. Sostienen que si Vidal va a la elección junto con Macri, y la candidata a vencer en octubre es Cristina Fernández, Unidad Ciudadana podría producir un descalabro en las arcas del vidalismo porque entrarán a tallar muy fuerte los intendentes peronistas de todo pelaje, que atarán su boleta a la de la ex presidente. Cosa que no ocurriría si hay desdoblamiento, porque esos jefes comunales en primer lugar buscarían "cuidar su quinta" y mantener la pasable relación financiera que todos ellos mantienen con La Plata.

    Según las encuestas que manejan en aquellas oficinas porteñas, Cristina le gana hoy a Macri en la provincia por entre doce y quince puntos. Y en un bastión justicialista clave como La Matanza, la derrota podría tener ribetes catastróficos, por más de 30 puntos de diferencia. ¿Cuánto de ese descalabro podría arrastrar a Vidal si se mantiene la unificación? Es hoy un debate todavía abierto entre aquellos halcones y aquellas palomas.