Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La planta alta, un espacio que causa desinterés en el microcentro bahiense

Muchos inmuebles sólo utilizan la parte de abajo, mientras que los pisos superiores están prácticamente abandonados.

Fotos: Jano Rueda-La Nueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Mucho se habla en la ciudad de los edificios con severas deficiencias edilicias, por falta de mantenimiento y cuyas salientes --balcones, molduras, cornisas-- se convierten en una verdadera amenaza.

   Varias veces este diario ha hecho referencia al peligro que representan estos edificios, la mayoría de ellos ubicados en pleno microcentro, al tiempo que el municipio no termina de aplicar la ordenanza que exige a los propietarios un informe técnico del estado de la obra y que se ponga a la misma en condiciones.

   Lo singular de muchos inmuebles es el completo desinterés de sus dueños por el uso de la parte alta, originalmente asignadas a oficinas o viviendas.

   Mientras en muchas ciudades europeas resulta habitual ver edificios de varias plantas con más de un siglo de construidos, todos se mantienen en uso, renovados y adecuados a los nuevos tiempos. Es raro encontrar un inmueble desocupado sobre todo los que tienen ubicaciones estratégicas.

   No es el caso local.

Los ejemplos

   Uno de los edificios más destacados por la falta de ocupación es el de Chiclana y O'Higgins. Salvo su planta baja, los tres pisos superiores se encuentran en desuso desde hace décadas.

   El último piso, resuelto a modo de mansarda, tiene además la particularidad de que sus pizarras se han ido desprendiendo, al punto que uno de sus paños fue reemplazado por una chapa.

   Es preocupante, además, el estado de sus molduras, las cuales se desprenden de manera continua, cayendo sobre un alero ubicado sobre la planta baja. El edificio es uno de los más antiguos del centro. Construido a principios del siglo XX, allí funcionó el hotel La Central.

   Enfrente se ubica otro edificio emblemático, el que alojara el hotel Londres y, en su planta baja, el bar del mismo nombre, centro neurálgico de la vida social de principios de siglo XX.

   Hoy la planta baja está ocupada por locales, pero su planta alta ha quedado desactivada. Ni siquiera conserva alguna de las cuatro puertas que daban acceso a la planta alta. 

La gran vía

   La calle O'Higgins ha sido históricamente la arteria comercial por excelencia del centro bahiense. A fines de la década del 50 fue bautizada como La Gran Vía del Sur Argentino.

   Esa condición comercial se mantiene, aunque muchos de sus edificios de dos o más plantas utilizan exclusivamente la planta baja. Es el caso de los inmuebles donde funcionaran los históricos locales de Tienda La Capital y calzados Tonsa, cuyos pisos superiores están abandonadas así como sus puertas de acceso, cerradas con cadenas y candados.

   Otra casona clausurada en sus pisos es la Galería Peuser, cuyos pisos superiores --que fueran escritorios y departamentos-- han resignado incuso al acceso, con la habilitación, meses atrás, de un local gastronómico.

   Los ejemplos de desocupación se multiplican en calle Donado --un edificio de Brown y Donado, donde funciona un tradicional local de ropa--, la esquina de Donado y Chiclana, donde funcionara la casa Arteta, y, por último, el de Belgrano y San Martín, último sitio ocupado por la afamada Casa Muñiz.

   El conjunto de edificios semiabandonados da cuenta de un visión facilista en cuanto a su explotación, a partir de su ventajosa ubicación comercial.

   El resultado es por demás desalentador para la ciudad en su conjunto, a partir de generar un paisaje urbano desalentador y carente de todo atractivo.