Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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¿Qué le dejará a Bahía Blanca la barcaza que procesará el gas de Vaca Muerta?

Si bien directivos de YPF relativizaron el impacto económico de la "Tango" frente a una futura planta en tierra, el proceso en marcha ya genera trabajo.

Nuevo habitante del puerto. La "Tango" podría estar en Bahía unos diez años más.

Adrián Luciani
aluciani@lanueva.com

Está claro que el impacto económico que tendrá en Bahía Blanca la barcaza alquilada por YPF para industrializar el gas de Vaca Muerta no será una salvación frente a la recesión imperante ni muchos menos.
Sí es cierto que al menos constituye una posibilidad que muy pocas otras ciudades poseen en la fría actualidad económica argentina. En ese orden, se destaca ahora el trabajo de unas 200 personas, en su mayoría técnicos y profesionales.
Estos días los principales hoteles de la ciudad se habían visto colmados por la llegada de belgas, italianos y chinos y a esto debe sumarse la labor de entre cuatro y cinco empresas locales contratadas para prestar servicios en el muelle de Mega, donde está amarrada la barcaza.
Al menos 40 personas se encuentran trabajando actualmente a la instalación de una planta destinada a adecuar el gas a las condiciones necesarias para ser exportado en forma de GNL.
Lo negativo de este proceso es que la puesta a punto de la planta flotante de licuefacción durará unos 45 días más y se pasará a la fase operativa, donde básicamente sólo trabajarán los 26 tripulantes de la barcaza más un grupo menor en tierra.
De todas formas, para el puerto el funcionamiento de la "Tango" implicará una nueva posibilidad económica, aunque por el momento limitada.
Los nuevos requerimientos de mano de obra estarán seguramente ligados a las tareas necesarias para el atraque y operación que necesitarán los 8 o 10 buques metaneros que por año llegarán al puerto para ser cargados con GNL.
También todo este movimiento requerirá la atención de la lógica demanda de provisiones, herramientas, combustibles, lubricantes y equipos.


Probablemente la luz al final del túnel y la verdadera importancia del proceso iniciado por la barcaza pueda verse en algunos años, si es que YPF puede concretar su idea de construir una planta en tierra.
Ese proyecto, no solo por la magnitud de la inversión necesaria (unos 4.500 millones de dólares) sino por el volumen de gas a industrializar, seguramente tendrá mucho más impacto en Bahía Blanca.

Está claro que la barcaza llegó a Bahía Blanca y no a otro puerto porque aquí ya estaba concretada la infraestructura necesaria, sobre todo la armada en 2008 para atender a los buques regasificadores.
Sin embargo, la elección de los muelles locales no hizo más que revalidar los pergaminos del sistema portuario regional.
A diferencia de otros puertos, y por una cuestión de calado, aquí los gigantescos buques metaneros pueden ser abastecidos con gas y luego ser despachados a carga máxima en un entorno marítimo confiable, lo que no es poco.