Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

¿Qué esperás para mover un poco el esqueleto?

El verano es aprovechado por muchos para hacer su única cuota de actividad física del año. Lo importante es entenderlo como una actividad recreativa y no un entrenamiento.

Fotos: Emmanuel Briane - La Nueva.

   El movimiento empieza a cualquier hora, dependiendo del lugar o parador en qué se encuentre uno. En varios lugares ya están definidos los horarios y se espera al público, mientras que en otros son los propios “profes” los que van avisando que en pocos minutos va a empezar la clase.

   Así y todo, al momento del inicio son pocos -poquísimos- los que están listos para empezar; el resto va a ir sumándose a medida que avancen las actividades, sienta un poco de curiosidad o pueda meterse en medio del grupo como para pasar desapercibido. Después, va a ser uno más y hasta que va a quedar con ganas de seguir.

   Durante el verano y las vacaciones, muchos aprovechan el tiempo libre y se enganchan en cuanto grupo de actividad física haya dando vueltas para ejercitarse un poco y tratar de quemar algunos de los kilos incorporados desde las fiestas de fin de año en adelante.

 

   En Monte Hermoso, las actividades son muchísimas y dependen de la hora y del lugar. Por ejemplo, desde la comuna se dictan clases de natación, se organizan grupos para salir a trotar y hasta hay enseñanza de artes marciales. Pero las de mayor difusión son las que se arman a determinada hora en los paradores o en el Complejo Americano, con actividades como zumba, aquagym y hasta yoga.

   Normalmente, cuentan los mismos profes, quienes participan son personas -grandes, chicos, mujeres y hombres- que normalmente no hacen actividad física en su lugar de origen o, al menos, no lo hacen en forma intensiva. La idea, dicen los que saben, es preparar clases y actividades que no apunten a un ejercicio fuerte, sino más bien a una actividad recreativa.

   Además, aseguran, hay que tener en cuenta que en la mayoría de las oportunidades, se le está dando clases a personas que solo hacen ejercicios una sola semana al año, y es justamente durante sus vacaciones y junto a un parador, después de haber comido churros, pizza y haber tomado algún licuado, daikiri o cerveza. 

 

   Para el profe Santiago Brendel, que está haciendo la temporada en el Americano y forma parte del equipo de recreación, la idea es divertirse, sin perseguir un objetivo físico.

   “Acá viene gente de todas las edades, ya sean hombres o mujeres; y están los que les gusta una actividad determinada y quieren seguir entrenando -de alguna manera-, o los que no tienen ni la más remota idea y solo buscan divertirse”, cuenta.

   “En nuestro caso, hacemos zumba y aquagym porque nos gusta la música y le buscamos el lado artístico. Queremos que la gente se divierta, se distraiga, baile un poco y -de paso- haga un poco de ejercicio. No está planteado como un entrenamiento, más allá que las coreografías tienen un fin vinculado con la actividad física; en realidad se hace para ser disfrutada”, agrega.