Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Las zonas francas argentinas merecen una oportunidad en el contexto actual

El nuevo gobierno ha planteado el enorme desafío de despertar a la producción nacional pero a esto debe sumarse el desafío de producir más y exportar con valor agregado.

Por Lisandro Ganuza

Titular Ente Zona Franca Bahía Blanca - Coronel Rosales

   El nuevo gobierno se ha planteado el desafío enorme de reiniciar un proceso positivo para la industria nacional y especialmente sus Pymes como motor de desarrollo de las distintas regiones de nuestro país.
   Pero en el horizonte aparece un desafío mayor: cómo armonizar el despertar de la producción nacional con la inversión extranjera directa y la necesidad de ampliar nuestras relaciones internacionales para incrementar nuestra participación en el comercio global, “exportar más en simple criollo”.
   Pero más allá y a lo lejos aparece otro desafío, el que una vez cumplidos los dos primeros habrá que encontrarle solución: ¿cómo agregarle valor a la producción exportable? No es posible que nos conformemos con la primarización de la economía, esa ilusión de nuestros abuelos de ser el granero del mundo que hoy ya no nos debe alcanzar.
   Mientras tanto en el mundo nos encontramos con desafíos que de una forma u otra afectan nuestra presencia en el mundo y nos obligan a estar muy atentos porque las exportaciones deben entenderse a partir de la demanda (los que compran) y no de la oferta (lo que producimos). 
   Producir algo que el mundo no compra va directo al fracaso. Así que hablar de la guerra comercial China-EEUU, la necesidad de una reforma integral a la OMC, la Unión Europea vs. Brexit, y finalmente las crisis de la región, nos obliga a estar atentos y ser inteligentes para atraer inversiones y salir al mundo.
   En la última Conferencia China-Lac que se realizó en Panamá el 9 y 10 de diciembre de este año, los representantes del Gobierno e Instituciones Chinas presentes abogaron por más intercambio comercial con Latinoamérica pero destacaron que necesitaban mayor apertura comercial, menores costos y plazos de producción, además de mejorar la infraestructura existente.
   En el juego de la armonización de producción y mercado interno, con el desafío de exportar más de
manera competitiva, está claro que no ha funcionado la política llevada a cabo en los últimos años de horizontalizar los beneficios impositivos con alcance uniforme a todo el país.
    En definitiva, y salvo excepciones, nos ha sido muy difícil atraer Inversión Extranjera Directa (IED) y no hemos podido reinsertar a una industria nacional que es poco competitiva por sus altos costos y con escaso valor de la competencia.


   En este escenario es necesario analizar a las Zonas Francas como esa solución. Debemos ver los ejemplos de China que ha creado numerosas Zonas Económicas Especiales en el desarrollo de la iniciativa de la franja y la ruta de la seda, que es el gran plan de compras públicas de China en el mundo en desarrollo.
   El modelo chino de apertura comercial es a partir de sus Zonas Económicas Especiales, donde pivotean el 47% del total de sus exportaciones. Ofrecen hubs logísticos y son el lugar natural para ecommerce y cross border.
   Por su parte en EEUU ha desarrollado el régimen de subzonas francas para dinamizar los beneficios y el régimen de tarifa invertida para defender la producción nacional. Nuestro modelo para el desarrollo de Vaca Muerta es la ría de Houston, y ahí hay 86 subzonas francas para la producción de gas y petróleo. 
   Por otro lado nuestro competidor para la atracción de IED es Africa y mientras esa región crece al 3.3% interanual, Latinoamérica lo hace al 1.7% (y nosotros aún menos), y todos están ofreciendo un régimen con beneficios pero con seguridad jurídica y que cumpla con los estándares internacionales ya que sino lo haces te dejan fuera de mercado.
   ¿Cómo no vamos a cumplir con los estándares de la OCDE porque si no lo hac´ds te quedas afuera del 60% del PBI mundial y el 75% de la Inversión Extranjera Directa?
   La Argentina tiene la necesidad de ofrecer al mundo espacios físicos con beneficios impositivos, seguridad jurídica y que cumpla con los estándares internacionales, pero está visto que no puede forzar a su producción a adecuarse inmediatamente y es por eso que debemos ofrecer soluciones a medida para generar inversiones, promover empleo y desarrollar nuestras regiones. 
   Por todo esto, las Zonas Francas merecen su oportunidad y para eso es necesario actualizar una ley que ya cumplió 25 años y que el Consejo Federal de Zonas Francas presentó su propuesta en octubre de este año con la adhesión de 17 provincias y el GCBA; pero también darle la importancia que merece en el organigrama del Poder Ejecutivo Nacional con la creación de la Dirección Nacional de Zonas Francas.