Aberrante caso: anotaba en un papel las veces que su padrastro la violaba

Redacción de La Nueva.

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   Una verdadera pesadilla vivió una nena que tenía 8 años cuando comenzó a ser abusada y violada por su padrastro en la ciudad.

   Luego que su hermana contara en el colegio lo que sucedía, pudo superar el miedo y las amenazas y describir las aberraciones a las que era sometida por la pareja de su madre.

   Dijo que ese hombre la violó muchas veces -más de 10- y que cada vez que lo hacía ella lo anotaba en un papel que guardaba debajo de la cama.

   A una psicóloga le mencionó haberse escondido debajo de esa misma cama para evitar que el padrastro la llamara a la habitación, donde se registró la mayor parte de los abusos.

   También describió que la amenazaba con matar a su madre y su hermana si contaba algo de lo que sucedía.

   En las últimas horas, el Tribunal en lo Criminal Nº 3, integrado por los jueces Daniela Fabiana Castaño, Eduardo d’Empaire y Claudia Fortunatti, le impuso una pena de 25 años de cárcel al sujeto, a quien no se identifica para proteger a la víctima.

   Quedó probado que los hechos tuvieron lugar, en fecha indeterminada, entre 2016 y 2017.

   Consistieron en tocamientos y abusos sexuales con acceso carnal.

   Los ataques sucedían generalmente los fines de semana, de mañana y tarde, cuando la víctima quedaba a su cargo.

La escuela, clave

   El caso salió a la luz cuando una hermana de la nena pidió hablar con el director de la escuela.

   La chica, a quien los directivos notaban “decaída y preocupada”, dijo tener miedo de que su hermana quedara al cuidado del padrastro.

   Y relató haber visto “situaciones entre ellos que le daban miedo”.

   Desde el colegio convocaron a su madre, quien  tras tomar conocimiento de la situación se dirigió a la vivienda familiar y confirmó los dichos.

   La mujer declaró que vivió 5 años con el procesado y que él, previo a retirarse del domicilio, se puso a llorar y le aseguró que “no sabía lo que había hecho, que la nena lo provocaba”.

Perdió la tenencia

   Explicó que junto al padre biológico de la pequeña hicieron la denuncia y que por esta situación perdió la tenencia de sus hijas.

   Una psicóloga que atendió a la víctima durante un año mencionó que la chica a veces relataba lo vivido y que en otras ocasiones lo exponía en cartas que escribía.

   La profesional confirmó haber encontrado en ella indicadores como irritabilidad, angustia y miedo.

   Describió que su relato era coherente y sin contradicciones, descartando que pudiera fabular.

   Otra perito declaró que la menor “describió de manera pormenorizada situaciones compatibles con intrusión traumática de parte del imputado, quien quedaba al cuidado de la niña durante la ausencia materna”.

   Más allá de los testimonios, en el fallo se indicó que los exámenes médicos también confirmaron situaciones abusivas.

Confesión a medias

   Al declarar en el debate, en un relato calificado como “confuso” por los jueces, el acusado admitió haber tenido conductas inapropiadas, pero negó haber violado a la nena.

   Dijo que “se estaba muriendo por dentro”, que había sido abusado de chico y que había intentado buscar ayuda psicológica.

   “La prueba demuestra de manera palmaria los hechos, ello sin perjuicio de la parcial admisión que el imputado realizó cuando pidió declarar”, señaló el fallo.

   Sin embargo, los jueces destacan que “se trató de una confesión claramente acotada, buscando un encuadre legal más beneficioso”.

   Por todo esto, los magistrados encontraron culpable al detenido.

   Le imputaron los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado agravado, abuso sexual gravemente ultrajante reiterado agravado y promoción de la corrupción de menores agravada.