Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Ciencia, tecnología y claves para pensar a Bahía Blanca como polo tecnológico

La investigadora bahiense sostiene que es muy difícil pensar que la tecnología reemplace al ser humano en términos absolutos.

Fotos y videos: Belén Uriarte y Francisco Villafáñez

Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

 

   La médica e investigadora bahiense Paola Buedo asegura que la tecnología es una de las cosas más maravillosas que inventamos como especie porque simplifica muchas prácticas, pero sostiene que es muy difícil pensar que reemplace al ser humano en términos absolutos.

   Reconoce que hay límites ya que introducir la tecnología de manera excesiva puede generar grandes problemas, tal como plantea la serie de Netflix Black Mirror, de la que se considera fanática.

   Si nos remitimos a su argumento, surgen muchas preguntas. ¿Qué pasaría si nuestra vida dependiera por completo de la puntuación que recibimos en una red social? ¿Si nuestra conciencia quedara atrapada en un dispositivo? ¿Si para sobrevivir no nos quedara otra alternativa que ceder nuestra autonomía?

   Es en la búsqueda de tantas respuestas donde aparecen dilemas morales. Y ahí juega un papel fundamental la bioética que, como explica Paola, reflexiona y analiza sobre cómo la tecnología, las prácticas en salud y las políticas públicas repercuten en la dignidad o autonomía de las personas.

   —Es una ética aplicada: más allá de hacer un análisis, propone sistemas normativos para cuidar o proteger a las personas de algún tipo de daño o riesgo que pudiera surgir en ese contexto.

   Siendo una disciplina filosófica, atiende numerosos interrogantes. Entre ellos, qué pasa con la introducción de la tecnología en la vida humana.

   Paola cuenta que actualmente hay muchos dispositivos que se incorporan al cerebro para tratar patologías como el Parkinson, algo que resulta positivo. Pero también se están probando potenciadores cerebrales, y ahí surgen algunos cuestionamientos.

   —Si yo potencio el cerebro, ¿estoy siendo un humano o estoy siendo un humanoide? ¿Está bien? ¿Es lo que deseamos?.

   Para la bahiense es importante entonces preguntarnos qué tecnología queremos que se incorpore al cerebro y con qué objetivo. 

   —Por supuesto que todo lo que tiene que ver con manipular ciertas decisiones o voluntades, tiene límites en términos de dignidad humana y autonomía de las personas; y el límite ético también está en plantearse por qué uno quisiera modificar la voluntad de otras personas. Esta cuestión de mirar tan de cerca la tecnología que se usa sobre el cerebro tiene que ver con que el cerebro parece ser lo que sostiene nuestra identidad humana (...) Hay un montón de cosas que se deben custodiar en pos de conservarnos como especie. 

   Paola es docente universitaria, pertenece a varias comisiones de bioética y trabaja en una empresa de medicina prepaga. Además, formó parte de un grupo de investigación que desarrolló sistemas de seguimiento de movimientos oculares, que permiten detectar el grado de deterioro cognitivo que tiene una persona. 

   Durante esa investigación, Paola y su equipo se encargaron de investigar cognición social en personas con esquizofrenia: le mostraban a un paciente diferentes caras y grababan sus movimientos oculares para determinar cuánto tardaba en identificar las emociones que cada una de ellas representaba. 

   —Era muy impresionante analizar las distancias que había con lo que se supone que el recorrido del ojo tiene que hacer para identificar una emoción. Eso es muy importante como ordenador social porque si vos te largás a llorar y yo me doy cuenta, voy a realizar una acción. Reconocer las emociones en el otro posibilita que podamos tener un comportamiento social adecuado, solidario.    

   Esos sistemas de seguimiento ocular se están implementando actualmente en Bahía, con un desarrollo de software local que, tal como explica Paola, permiten que personas con esquizofrenia que tienen mucha discapacidad social puedan reentrenar las deficiencias específicas y tener un mejor desempeño.

   La bahiense también sigue vinculada al grupo de bioética de FLACSO, con quienes hace investigaciones gracias al financiamiento externo. Actualmente, están investigando sobre la toma de decisiones en el campo de la salud mental para que los pacientes puedan intervenir en sus tratamientos, siempre con el acompañamiento necesario para las dificultades que tengan.

   Paola explica que las personas con padecimientos mentales, en general, tienden a ser subestimadas cuando tienen que tomar decisiones sobre sus propios tratamientos. Y que esa subestimación no es caprichosa, tiene que ver con que esas personas tienen algunos componentes cognitivos que podrían no colaborar con que tomen una buena decisión. 

   —Es un proyecto de toma de decisiones compartidas entre el paciente, el profesional y terceros que participen. Me gusta mucho porque supone una acción concreta a un problema real: cuando una persona es parte de su proyecto terapéutico, puede tomar decisiones, está demostrado que tiene mucha más adherencia al tratamiento, incluso tiene mejores resultados y el equipo de salud tiene mayor satisfacción. Y supone un menor costo porque el tratamiento es más efectivo.

   Paola cuenta que el tiempo que pasa entre el inicio de una investigación y la publicación de los resultados para poder llevarla a la práctica está muy condicionado por el financiamiento. Y considera que en eso debe mejorar Bahía para transformarse en un importante polo científico y tecnológico. 

   —Bahía tiene un gran recurso humano para desarrollar cualquier investigación que se proponga, una gran calidad de profesionales de la salud. Creo que quizás falta mucho financiamiento económico y que se le dé importancia simbólica a la ciencia.

   La médica explica que en estos años hubo cierto menosprecio al conocimiento científico, algo que le genera mucha impotencia porque es una forma de negar que toda la tecnología que nos rodea es gracias a las investigaciones científicas. 

   —Esa es una gran deuda no solo local sino nacional, pero creo que con buenos sistemas de financiamiento y de gestión de la ciencia podemos ser un polo científico y tecnológico muy interesante y competitivo a nivel mundial.