Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Estudiar en la cárcel, en busca de una vida mejor

   Hay en Villa Floresta una gestión encaminada a sumar algunas tecnicaturas, de modo de ampliar aún más la oferta educativa. 

 

   No es una vida simple las de los detenidos en las cárceles. Privados de su libertad a partir de delitos cometidos, son horas y horas encerrados, en las cuales resulta trascendente ofrecerles alguna actividad que, además de ocupar su mente, les permita desarrollar ciertas habilidades para mejorar sus condiciones de reinserción en la sociedad.

   Esa es la visión que mantienen las autoridades de la dependencia de Villa Floresta, a partir del fortalecimiento de las actividades educativas, laborales y culturales que se llevan adelante en el lugar.   

   Las mismas cuentan con la participación del municipio, de la Unión Industrial de Bahía Blanca y de otras entidades que han decidido sumar su aporte para generar nuevos cursos y propuestas. Una buena noticia es que antes de terminar el año se sumará un espacio que permitirá agregar 90 horas cátedras adicionales, de modo de ampliar casi en un 50% la matrícula de detenidos que hoy desarrollan las carreras que se ofrecen, alcanzando a 650.

Prueba de esa intensa actividad, es que el 38% de los internados está completando el primario o el secundario en la cárcel, mientras que un grupo cercano a los 70 cursa la carrera de derecho a la distancia.

   Hay ahora una gestión encaminada para sumar el año venidero algunas tecnicaturas -carreras cortas, de tres años- de modo de ampliar más la oferta. 
   La idea es que al disponer de una formación el detenido tenga más oportunidades luego de dejar la cárcel.

   Por otra parte, en la prisión existen tareas de voluntariado para los internos, realizando muebles y trabajos de herrería que luego son entregados a distintas entidades locales.
   También son los internos los que tienen a su cargo el mantenimiento general de la cárcel, desarrollando obras de gas, sanitarias, reparaciones integrales y hasta la necesaria recuperación del frente del histórico edificio de Villa Floresta.

   Si bien la realidad indica que la capacitación no es suficiente para que, ya en libertad, obtengan trabajo, sin dudas la educación y un oficio son parte de un patrimonio que no tenían al ingresar y que puede modificar de manera sustancial sus expectativas y su futuro.