Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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"Mister Excel" nunca se fue...

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   Gustavo Lopetegui recibió la noticia de su designación como nuevo secretario de Energía en reemplazo del despedido Javier Iguacel sentado detrás de su escritorio, el mismo que utiliza desde el 10 de diciembre de 2015. A unos diez pasos del que ocupa Marcos Peña, y un poco más alejado, aunque no tanto, del área presidencial donde tiene sus aposentos Mauricio Macri.

   El dato, anecdótico para algunos, no es menor. "Mister Excel", como lo llaman los varios enemigos que supo cultivar en el gobierno y en el gabinete por su pasión casi enfermiza para mirar el mundo a través de las famosas planillas en su computadora, nunca abandonó ese despacho de ubicación privilegiada. Ni lo abandonará. No lo hizo cuando la crisis de septiembre que obligó al presidente a realizar algunos cambios cosméticos en su equipo de gobierno, pese a que debió renunciar a su cargo de vicejefe de Gabinete junto a Mario Quintana. El dúo "Ellos son yo" como los bautizó Macri en aquella recordada reunión ampliada en el CCK de mediados de 2017.

   No lo hará tampoco ahora, como ya se anticipó en estas páginas. Lopetegui no se mudará al despacho que dejó vacante Iguacel en la secretaría de Energía, y seguirá atendiendo desde la Casa Rosada. Tal vez para algunos sea un modo de corroborar lo que se dice de él y que "Mister Excel" no tendría reparos en reconocer en charlas privadas: de Energía pura y dura, conoce poco y nada.

   Lo suyo son las planillas Excel, con las que torturó a más de un ministro y secretario de todas las áreas mientras duró su primer cargo, el de Secretario de Seguimiento de Gestión. Tras la renuncia de septiembre, que no pocos reconocen ahora que se trató de apenas un "lavado de cara" para descomprimir la presión interna y externa sobre Peña, que perdió algo de poder y que ahora termina de recuperarlo con creces, ya que hasta será el jefe de campaña de Cambiemos, Lopetegui siguió impertérrito en el lugar donde lo quiere Macri, en ese entonces con rango de asesor presidencial, decreto mediante. Hasta su designación en Energía de fines del año pasado.

   Chispazos y encontronazos entre Lopetegui y el resto del gabinete se cuentan a montones en los mentideros del periodismo y la política. Todo por aquella obsesión suya de mostrarle al examinado de turno con la pantalla de la computadora las inconsistencias o metas no cumplidas. O por su poco amigable costumbre de poner en evidencia al funcionario que tuviese delante para ser evaluado. "No me hagas sanatas", podía llegar a destratarlos. Dicen que quien lo bautizó "Mister Excel" fue Alfonso Prat-Gay, que un día optó por no ir más a las reuniones de evaluación de la gestión. Mandaba a un emisario y buscaba que se note ese desplante.

   Otro ministro que tampoco está ahora en el gabinete, pero que era considerado un experto en la materia a cargo de su cartera, lo frenó seco en una de aquellas mesas examinadoras. A fin de cuentas, si de rangos se trata, Lopetegui vendría a ser "un subordinado" suyo. El enojado hombre en cuestión le dijo que en el futuro llamase a un secretario, y no a un ministro, para repasar las planillas Excel. Y no volvió nunca más. O aquel otro al que Lopetegui le reclamó bajar el gasto y el funcionario se despachó con un desafío: "que me lo pida Mauricio". El exLAN le devolvió: "no te confundas, te lo pido yo, es como si te lo pidiese el presidente...".

   Igual que Quintana, su excompañero de andanzas dentro del gabinete, que sigue orbitando alrededor de Macri pero por ahora sin cargo visible, "Mister Excel" siempre contó con la aprobación y el acompañamiento de Elisa Carrió. Nada menos. Dicen en los pasillos que Lilita no fue inocente en la operación que devolvió a Lopetegui a los primeros planos del gabinete. Aunque nunca se haya movido, vale la insistencia, del lugar en el que recaló cuando Macri llegó a la Casa Rosada.

   ¿Quién fijará la política tarifaría en 2019?, es una pregunta de cajón frente al presunto desconocimiento del tema que se le achaca a Lopetegui. "(Nicolás) Dujovne, con el acuerdo del presidente", arriesga un frecuentador de los pasillos de Balcarce 50. En todo caso, el ahora secretario podrá ejercer un más directo control sobre los números y las planillas de una de las áreas más sensibles, y políticamente de mayor riesgo en tiempos electorales por el impacto de los tarifazos en las clases medias y bajas. Pero no mucho más.

   Para sus detractores, la vuelta a escena de Lopetegui, o el regreso del funcionario que en realidad nunca se fue, es una pésima noticia. Los que creyeron que se habían librado de semejante examinador, se equivocaron. En especial luego que desde los costados del propio Macri se dejara trascender detalles de la reunión que ambos mantuvieron junto a Peña para acordar el reemplazo de Iguacel. "Vos metele con todo, ahora más que nunca", lo respaldó el presidente. El encuentro ocurrió, para más datos, en el mismo escritorio que "Mister Excel" ocupa desde aquel 10 de diciembre de 2015.