Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Retenciones: tratado sobre traiciones, distracciones, la timba financiera y el FMI

El sector agropecuario entiende que la confianza se ha visto avasallada. Al mismo tiempo, admite que “el hombro lo vuelven a poner los mismos de siempre”.

Los derechos de exportación vuelven a escena. / Fotos: Emmanuel Briane y Pablo Presti-La Nueva y Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

El regreso.

   Más temprano que tarde (o nunca), llegó el restablecimiento de las retenciones a las actividades agrícolas —e industriales— para, según anunció el Gobierno nacional, reducir el déficit fiscal como consecuencia de una fuerte crisis cambiaria.

   En el caso del campo puntualmente, la reacción no tardó en llegar, más allá de que se haya tratado de uno de los anuncios más anticipados de la reciente historia política argentina.

   “Quien traiciona la confianza una vez, la puede traicionar siempre”, dijo Dardo Chiesa, presidente de Confederación Rurales Argentinas (CRA).

Dardo Chiesa, presidente de CRA.

   “Nadie duda que estemos en una crisis profunda de hondas raíces históricas desde el punto de vista, social, cultural y económico, sin visión de conjunto y con una persistencia patológica en reciclar conductas económicas, cuyos resultados están marcados por la historia”, agregó.

   Chiesa sostuvo que en diciembre de 2015 se dejó atrás una década desperdiciada y se inauguró un ciclo de esperanza. “Entonces, el campo ofreció, a cambio de reglas claras, un aumento considerable de todas sus producciones internas, muchas de ellas con récords históricos”, sostuvo.

   “Paralelamente, no se quiso, o no se supo, achicar el tamaño del Estado y se fomentó un crecimiento del gasto público a límites en que se hizo verdaderamente insostenible”, manifestó.

   El dirigente —surgido de la Sociedad Rural de Macachín— señaló que todo eso se financió con deuda y que cuando los mercados dejaron de prestar dinero, “nos dimos de frente con la realidad; por eso, que nadie se haga el distraído, (ya que) esta crisis se anunciaba, aún desde el Gobierno nacional”.

   Chiesa dijo que se optó por retenciones para todos, fácil, seguro y recautario.

   “Ningún funcionario dejó de hablar de los estragos que produjo la sequía en la recaudación del fisco, pero ningún funcionario habló, o tomó alguna medida, para aquellos productores primarios que la padecieron de verdad, los que no recaudaron nada o se fundieron”, aseguró.

   “Se va a un esquema de derechos de exportación que distrae la capacidad de generar nuevos empleos y desarrollo en la Argentina, en un contexto, entendemos, con la macroeconomía convulsionada”, dijo, por su parte, el titular de Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina.

Daniel Pelegrina, presidente de SRA.

   “Lo vivimos con dolor. El agro viene con dos  cosechas récord y ha revertido la curva de caída del stock bovino, con un 60 % más de exportaciones de carne”, aclaró.

   Pelegrina agregó que los derechos de exportación son instrumentos distorsivos que desalientan la producción, la  inversión, el empleo y el comercio exterior.

   Si bien el dirigente gremial lechero sostuvo que debieran existir herramientas superadoras para lograr la generación de recursos fiscales, que incluyan a todos los sectores económicos, admitió que “ahora el campo entiende que hay un compromiso del Gobierno para que las nuevas retenciones tengan un plazo máximo de dos años”.

   “Se condena, otra vez, a los pequeños y medianos productores, sin diferenciarlos, a pagar más para sostener la timba financiera y el FMI. Estamos muy preocupados”, dijo el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Omar Príncipe.

Omar Príncipe, titular de FAA.

   “Las medidas afectan a muchos sectores, pero desde la Federación Agraria debemos hablar, en primer lugar, por los pequeños y medianos productores. Se trata de un segmento productivo que ya venía complicado, con falta de financiamiento, inflación y suba de  tarifas, más altísimas tasas de interés”, recordó.

   Príncipe sostuvo que de acá en más habrá dos dólares distintos: uno para pagar insumos y otro para vender, con retenciones.

   “En trigo, o en maíz, habrá que restar el 10 % al valor. Con un trigo ya sembrado se cambian las reglas de juego. Hay muchos que se endeudaron para sembrar maíz y se modifica el escenario”, aseveró.

   “No es oportuno poner más impuestos a nuestra producción, porque la presión tributaria ya es enorme. Creemos que las retenciones son un impuesto regresivo que desalienta la producción. A la vez, implica cambiar las reglas de juego”, indicó, mientras tanto, Carlos Iannizzotto, titular de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Ltda.

Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.

   “Hay un dólar competitivo, pero existen muchos precios que conforman el circuito económico; es decir, el de la energía, el de los servicios y el de la logística. De todos modos, hay problemas estructurales que no se solucionan solo con un dólar competitivo”, agregó.

   El dirigente mendocino advirtió la necesidad de un sistema financiero que esté a favor del trabajo y de la producción. “Es necesario traer las divisas que el país necesita en forma genuina y no a través de deudas”, explicó Iannizzotto.

  “Los desafíos son muchos, por lo que es necesario un consenso político y social para mantener la gobernabilidad, para dejar de tomar medidas transitorias, como las que se están tomando ahora, y conformar una política de Estado a favor de la producción, de la exportación y del valor agregado, destinada a solucionar los problemas estructurales”, explicitó el productor de Coninagro.

    “Más allá de que grava al sector exportador, donde estamos involucrados nosotros, entendemos el contexto donde está la Argentina y que la carga se va a repartir entre varios sectores”, dijo Matías De Velazco, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).

Matías De Velazco, titular de Carbap.

   “Por ahora no habrá reacciones del campo, aunque estamos atentos a que las provincias y los municipios no apliquen más impuestos al sector. En la medida que veamos que el ajuste viene en serio y que no es una crisis más, veremos qué hacer”, comentó el dirigente surgido de Gonzales Chaves.

   Una visión diferente dio el titular de Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, referente en la producción de soja. “En un contexto en el que todos vamos a perder mucho, el Gobierno tiene en el campo un  empuje, más allá que las retenciones no dejan de ser un instrumento negativo”, argumentó.

   “Estoy en contra de las retenciones”, expresó Mario Negri, jefe del interbloque de Diputados nacionales de Cambiemos. 

   “Volver a las retenciones es ponerle impuestos a las exportaciones, pero cuando se produce una disparada cambiaria, donde la estabilidad de la moneda desaparece, son inevitables”, afirmó el cordobés Negri.

“Es un mal impuesto y antipático”

   “Hablé con los representantes de las entidades y los entiendo. Es un muy mal impuesto, muy antipático, pero el país está en crisis. En otros momentos se discriminaba al campo para pedir esfuerzos, (pero) hoy se lo pedimos a todos”, sostuvo Luis Miguel Etchevehere, secretario de Agroindustria.

   “El precio del dólar ahora es competitivo para las economías regionales, como el vino o el aceite de oliva. Todos dan muchísimo trabajo y con este dólar habrá nuevas oportunidades y más empleo. Para el que se dedica a la agricultura y tiene que comprar fertilizante, el precio está en dólares y es el mismo que antes”, dijo.

Luis Miguel Etchevehere, secretario de Agroindustria.

   “Voy a seguir en el cargo. No es momento para renunciar; es momento para redoblar esfuerzos y seguir aportando a las políticas del Gobierno”, sostuvo el exministro de Agroindustria.

   “Sabemos que es una medida dura e ingrata, que no nos hubiera gustado tomar, pero claramente nos va a permitir tener más solidez y avanzar en un proceso de estabilización”, dijo —por su parte— Dante Sica, ministro de Producción.

De qué se trata

   La medida anunciada por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tendrá una recaudación adicional de 68.000 millones de pesos en lo que resta de 2018 y de $ 280.000 millones en 2019. Esos derechos de ventas al exterior son de $ 4 por dólar para las exportaciones primarias y de $ 3 por dólar para el resto.

   “Hasta el 31 de diciembre de 2020 se fija un derecho del 12 % a la exportación para consumo de las mercaderías comprendidas en las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM). El derecho de exportación podrá exceder de $ 4 por cada dólar del valor  imponible o del precio oficial FOB, según corresponda”, según el Boletín Oficial.