Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Llamadas falsas al 911: entre la broma y la mala intención

En Bahía Blanca se registran mensualmente entre 15 y 20 comunicaciones de este tipo. Pese a que el número no es significativo, se destinan recursos y generan gastos innecesarios.

Foto: Archivo LN.

   Una broma, la intención de medir la capacidad de respuesta o el objetivo de disminuir la seguridad de un determinado sector, pueden ser las motivaciones de las personas que utilizan el 911 para comunicar falsas emergencias.
   Fuentes oficiales informaron que entre 15 y 20 llamados se registran mensualmente en nuestra ciudad manifestando detalles de un hecho que nunca ocurrió.
   “Eso es lo que se denomina llamada falsa. En tanto, tenemos por mes unas 4 mil llamadas negativas. Estas son comunicaciones en las que se menciona, por ejemplo, el incendio de una casa, pero al llegar se detecta que era un asado o la quema de basura”, indicaron voceros consultados por La Nueva.
   Una situación curiosa se ha producido en los últimos tiempos, ya que en varias ocasiones se recibieron avisos al teléfono de emergencias dando cuenta de robos en una panadería ubicada en Rondeau y Sixto Laspiur.
   Rápidamente los efectivos del Comando de Patrulla acudieron al lugar y determinaron que ese atraco nunca se produjo.
   “Tengo entendido que el tema de los llamados a la policía es para ver si vienen o no, según lo que me dijeron los muchachos (rondines) que están acá a la noche. Llaman para ver si vienen, y el día que no vengan va a pasar algo. Esta es una zona muy peligrosa, que tiene su trayectoria en otros temas. Se ve que llaman avisando que acá robaron u otra cosa en diferentes horarios para ver si algún día la policía se cansa de venir”, comentó una empleada del comercio.
   Agregó que “Dios no lo permita, pero si en algún momento tiene que pasar, tenemos la tranquilidad de que llegan”.


   El comisario Gonzalo Bezos, jefe del Comando de Patrulla, indicó que “en muchas ocasiones (las llamadas) se hacen como un chiste, pero en algunas otras hasta pueden ser utilizadas por el delincuente para tratar de sacar de un sector a la policía, volcarla mayormente a ese evento, y poder cometer algún hecho delictivo. Esto puede suceder”.
   Para Bezos, la amplitud de posibilidades llega al punto que el llamado puede ser originado por alguien que “vive cerca y le gusta ver a los patrulleros o la ambulancia cuando arriban, o bien apuntar a las otras cuestiones que hemos hablado: sacar a la policía de un lugar para cometer un delito o simplemente es una broma, y como ya le ha salido bien apuntan a un lugar y sigue enviando a la policía. No es fácil deducirlo”.
   De todas maneras, el comisario aseguró que “nosotros no hemos establecido que cuando se produjeron estas llamadas hacia Sixto Laspiur y Rondeau, se haya tenido un evento real en otro sector que nos haga pensar que esas comunicaciones tuvieran la finalidad de correr la presencia policial de un sector”.

Protocolo oficial

   Bezos confirmó que “ingresan llamadas mentirosas al 911, por eso los operadores tiene un protocolo a seguir con las preguntas, las que tienen la finalidad de tratar de determinar, entre otras cosas, si la llamada es verdadera”.
   Previa a la radicación de la central telefónica de emergencias 911 en Mar del Plata, registrada en los primeros meses del año pasado, la comunicación con la fuerza de seguridad era verbal, pero actualmente “el sistema cambió. El operador, a medida que va recibiendo la llamada tipea y se mantiene online con el Centro de Despacho de Bahía Blanca”.
   El jefe policial admitió que en algunas ocasiones no es sencillo identificar al autor del llamado.
   Afirmó que “con frecuencia tenemos repetición de estos llamados que terminan, y llegado el personal policial al lugar nos damos cuenta que no hay ningún llamante; que el hecho que denunciaban al 911 no existió”.
   También aseguró que durante las reuniones en diferentes barrios “tocamos estos temas y decimos que aquella persona que por una cuestión graciosa llama al 911, provoca que se destaquen recursos, originando un gasto innecesario y la posibilidad de que no puedan ser utilizados para un evento real”.