Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Macri busca salir del "negativismo" de las noticias

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   Aunque el impulso no es nuevo, el presidente Macri ha vuelto sobre uno de los temas que lo obsesiona, que es que frente a la ola de "informaciones negativas" que llenan páginas de diarios y portales de Internet, los funcionarios salgan a enfrentar ese estado de cosas con "buenas noticias". Que él está convencido que las hay, y muchas, sobre la gestión de su gobierno.

   La arenga del mandatario, revelaron fuentes gubernamentales, se repitió esta tarde durante la reunión de coordinación de la llamada "mesa chica" del poder, que integran el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, los vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el responsable de la comunicación oficial, el secretario Jorge Greco, además de otros ministros y secretarios que se suman según el área del gabinete en revisión o análisis.

   Fue el propio Macri quien hizo punta esta mañana con esa nueva forma de comunicar que pretende instalar en toda la administración, cuando desde la localidad bonaerense de Dolores ponderó las bondades del turismo local e internacional, el aumento de los vuelos de Aerolíneas Argentinas, la construcción de nuevos aeropuertos en el interior del país, y en general las medidas que el gobierno ha tomado para ratificar el rumbo elegido pese a la "tormenta de frente" que frena mayores avances.

   Desde el gobierno ya anticiparon durante este fin de semana que otros temas que se sumarán a la onda de "las buenas noticias" son los relacionados con la seguridad, el combate contra el narcotráfico y el refuerzo de la frontera norte del país con unos 500 miembros del Ejército, que prestarán apoyatura logística.

   De este modo el presidente y sus más cercanos colaboradores decidieron hacer frente a aquella "ola negativista", como la llaman, con lo poco que tienen a mano, a falta de buenas noticias provenientes del sector de la economía, y luego de significativos golpes a la propaganda oficial como fue el 3,1 por ciento de la inflación de julio y las proyecciones que elevan a más del 35 por ciento la variable que más golpea los bolsillos para todo el año 2018.

   También influye en este refuerzo de la arenga presidencial para salir del encierro informativo el hecho de que las encuestas, incluyendo las que encargan desde los propios despachos de la Casa Rosada, no dan para celebrar los problemas que mientras tanto vive el peronismo de todo color con el escándalo de los cuadernos.

   El último sondeo que aterrizó el lunes en despachos de la Jefatura de Gabinete y del ministerio del Interior viene a ratificar el escenario menos deseado por Macri y su equipo. Esos números reafirman que el gobierno no logra remontar la mala nota que le ponen los encuestados en torno a la marcha de la economía. Lo que a la vez mantiene en niveles de abril pasado la caída en la imagen del presidente.

   La necesidad de ponerle "buena onda" a la comunicación oficial pese a las adversidades tendría que ver además con otro dato que refleja aquel mal escenario: que la imagen de Cristina Fernández no ha sufrido por el huracán que desataron los cuadernos del chofer Centeno. Y que por el contrario, hasta habría subido entre dos y cinco puntos su imagen positiva en amplios bastiones del conurbano bonaerense, a caballo de la suposición de ese segmento social mayoritariamente peronista de que las revelaciones sobre la corrupción pasada son impulsadas desde el macrismo para esconder la mala prensa que hoy genera la economía doméstica en particular y las variables macro en general.

   Impertérritos, los colaboradores presidenciales rescatan el mensaje de Macri sobre el que hay que machacar y machacar: que la "tormenta de frente" que soporta el país y que hace sufrir a los sectores más postergados de la pirámide social no solo es producto de factores externos como la crisis turca o la guerra comercial entre Estado Unidos y China, sino también de los enormes desafíos que debe afrontar Cambiemos producto de la herencia recibida del kirchnerismo. Un pasaje de esa estrategia comunicacional al que el presidente le agregó esta mañana en Dolores otro latiguillo que será usado y gastado desde ahora. "También estamos así porque ahora vemos todo lo que se robaron", dijo ajustado al nuevo libreto.