Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Anuncios que ocultan otras verdades

La "tormenta" virtual utilizada como definición por el presidente Macri para evitar hablar de crisis inflacionaria que impacta en la económia nacional, tiene un impacto real – igual que cualquier fenómeno meteorológico – sobre la provincia de Buenos Aires. Desde hace un buen tiempo, tras cualquier “relámpago” sobre la Casa Rosada se escucha un trueno en la política bonaerense. En efecto, la caída de la imagen presidencial arrastró a la gobernadora María Eugenia Vidal.
Por eso, la prioridad para no pocos estrategas será intentar despegar a “Mariú” del escenario nacional. 
Vidal viene de atravesar una “tormenta inesperada” o de mayor incomodidad política,desde que asumió su gestión en la Gobernación de calle 6. La denuncia sobre la dudosa procedencia de los “aportantes truchos” de Cambiemos tuvó consecuencias institucionales en La Plata. 
A esta coyuntura hay que sumarle un hecho relevante: la Provincia sufrirá un recorte millonario en función del “ajuste fiscal que el Gobierno nacional reclama a los gobernadores para cumplir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
En el entorno ministerial de Vidal reconocen que eso significa confirmar que el plan de infraestructura tendrá “acceso limitado”, justamente, ante el año electoral 2019.
No fue casual el anunció del aumento del gasto social de la mandamás de Cambiemos. Le permitió evitar tener que hablar del recorte presupuestaria en la obra pública.
Mucho, mucho ruido, sonó dentro del oficialismo legislativo. Se sabe, la designación en el primer sillón de la Contaduría General de la Provincia implicará naturalmente cruces y chicanas con el kirchnerismo y el resto de la oposición peronista, después de la “renuncia preventiva” que la Gobernadora le pidió a su persona de “confianza”, Fernanda Inza. La tesorera PRO/Cambiemos fue el “fusible” que explotó tras el escándalo de los contribuyentes falsos a la campaña electoral.
“Parece que se terminó el relato de pureza, transparencia y pelea contra las mafias que expresó la Gobernadora, la realidad volvió a ganarle a la ficción” afirman desde el massismo.

La estrategia al desnudo
Dicen que los estrategas de marketing concretaron un montaje para explicar lo inexplicable. Claramente, Inza fue un “chivo expiatorio” en un intento de “salvar del incendio” a su amiga María Eugenia y acallar de algún modo, un tema que podría potenciar el malhumor del votante duro de Cambiemos. 
Tras el efecto expansivo de una bomba que el oficialismo bonaerense jamás pensó que podía estallarle a Vidal, salieron a justificar la decisión gubernamental por “demostrar que no somos todos lo mismo”. Un tiro por elevación al kirchnerismo junto a la frecuente utilización de un mensaje de antiperonismo.
Para la “picante” Teresa García, jefa del bloque de senadores de Unidad Ciudadana / FpV, la resolución de Vidal fue acertada. “Aunque es apenas una medida sanitaria para tratar de limpiar la imagen de su gobierno”, aclaró. Lo cierto es que, por primera vez, se rompió el “cerco mediático”. 
Vidal parecía predestinada a romper aquel viejo mito de la “maldición del sillón platense de Dardo Rocha” que parece impedirle a los gobernadores bonaerenses llegar a la Rosada a través de las urnas. ¿El mito ha recobrado vigencia ó acaso hubo algún “fuego amigo” para fastidiar a la mandamás de calle 6?, es la pregunta que flota en las diagonales.
 

Medidas sociales
“La oposición debería ponerse a trabajar en lugar de querer instalar que el Gobierno bonaerense carece de sensibilidad social ya que son momentos de ayudar y no de sacar ventajas políticas”, dicen desde Cambiemos intentando “blindar” a Vidal de “burdas operaciones” del peronismo y algunos sectores opositores en plenas vacaciones invernales. 
Afirman que el Ejecutivo también enfoca sus recursos en la agenda “preventiva social” como un esfuerzo en “salir de la pobreza estructural que dejaron años de gobiernos peronistas”. Es la postura oficial apenas después que la Gobernadora anunció un paquete de medidas sociales para asistir a un millón de bonaerenses "en estos momentos difíciles", consistente en beneficios para el acceso a la compra de alimentos y leche, y ayuda para los comedores comunitarios. 
"Vidal asume y enfrenta esta crisis inflacionaria frenando entre otras cosas la obra pública para destinar más recursos a la ayuda social” señalan en positivo legisladores del radicalismo, como siempre reflotando la “herencia recibida”.
Por estas horas, algunos ministros de Vidal ya se preparan para retomar la mesa de negociación paritaria con el sector docente en el ministerio de Economía, mientras el gremialismo llega con la amenaza de medidas de fuerza bajo el poncho. No se adelantan números de la nueva propuesta oficial de suba salarial.
Pero al margen de que lado cae la moneda, las conversaciones sostenidas en los últimos días por el sindicalismo (docentes, estatales, judiciales y profesionales de la salud) en las diagonales, permitiría avizorar un escenario de huelgas producto del largo conflicto que tienen con la Provincia. Esa es la perspectiva que aparece en el horizonte para la semana del reinicio de clases. La persistencia de la inflación, la caída del consumo, el desempleo y la suba de tarifas de servicios públicos domiciliarios también forman parte de este cóctel de descontento social.
Tras resolver la reasignación de recursos para atender las demandas sociales más apremiantes en medio de esta difícil crisis inflacionaria, Vidal sabe que tendrá, más temprano que tarde, establecer una negociación más que compleja por el presupuesto bonaerense 2019 que intentará sancionar antes de fin de año en la Legislatura. 
El oficialismo de Cambiemos ya empezó a anotar pedidos de algunos intendentes propios. Pero la Gobernadora sabe que necesitará atar algún acuerdo con intendentes peronistas, siempre y cuando le garanticen que sus legisladores afines apoyen el proyecto presupuestario y la ley impositiva para el año “del ajuste” que viene, justo en el camino donde Vidal iría por su reelección.
Aquellos con acceso directo al despacho donde se maneja la botonera gubernamental aseguran que no tomará más deuda, ni subirá impuestos, pero cancelará obras públicas (aún no iniciadas). Tal vez, la carta que guarda Vidal sea restituir el Fondo de Infraestructura Municipal para el año electoral que viene.