Se fue a la banquina, pero no volcó

Ricardo Salas

rsalas@lanueva.com

Otra vez la fuerte disparada del dólar. Frente a esos nubarrones del mercado financiero, la gobernadora bonaerense de Cambiemos, María Eugenia Vidal, salió a convocar a "todos" sus colegas provinciales a suscribir "un acuerdo" con la Nación para reducir el déficit fiscal. De algún modo, el oficialismo salió a tantear un “acuerdo político” como paraguas de la gobernabilidad.

No es nuevo, pero la crisis financiera repercute en la gestión provincial de calle 6. Es más, el inicial “blindaje” de Vidal cada día pierde mayor solidez y comienza a sentir el malhumor social contra las políticas económicas adoptadas por el presidente Mauricio Macri.

El costo político de esas decisiones para los intendentes también entró en análisis. La inquietud tiene que ver con los alcances del achique en inversión pública producto del ajuste que impondrá el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Hablando en términos automovilísticos, lo explicó el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, cuando utilizó la metáfora de la banquina.El rumbo económico proyectado en Cambiemos “tuvo un accidente”, y reconoció la crisis al afirmar: “no volcamos” pero “nos fuimos un par de meses a la banquina”.

La coyuntura activó las alarmas dentro de la Gobernación y empujó a la mandamás bonaerense a salir a decir que adelantaba el pago del medio aguinaldo para los empleados estatales, dentro de un paquete que también incluía un aumento de las asignaciones familiares y de las jubilaciones de la administración pública

"La situación cambió”, dijo Vidal, pero aseguró que su gestión "no es indiferente con lo que le pasa a la gente todos los días". Algo similar les dijo a la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley y a su par de Producción, Dante Sica, durante una reunión de trabajo en el despacho porteño que la mandataria ocupa en la Casa de la Provincia.

Con este viento en contra, la Gobernadora ocupa un papel protagónico político clave dentro y fuera de Cambiemos. En medio de una agenda cotidiana que ahora pierde la anestesia futbolera mundialista, la Provincia también reabrirá la discusión salarial con el gremialismo estatal con los que ya firmaron la paritaria y también con el sindicalismo docente para presentarles la nueva oferta de julio, ante una suba de la inflación que no estaba en los cálculos del planeta PRO.

“Es hora de dejar mezquindades políticas de lado”, indican desde el arco legislativo del oficialismo. Quieren que los gremios “también entiendan la nueva era que se abrió desde diciembre del 2015”, como fiel reflejo del rumbo económico del Gobierno nacional.

La propia Vidal consideró que "no transforma la realidad", el reciente paro genreral convocado por la CGT. “Es hora de que el sindicalismo entienda que repetir el método no puede llevarte a obtener un resultado distinto”, señalan desde Cambiemos.

Dentro de la Gobernación también creen que las bases sindicales caer en un error al plantear un cese de actividades. “Hace más de 50 años que hacen lo mismo y no proponen una sola idea para mejorar la situación actual”, señalan.

Los docentes mañana concretarán otro día de huelga en la Provincia como renovado reclamo gremial contra la política salarial del oficialismo. Y advierten que si la situación de conflicto salarial se mantiene, existe la posibilidad de no volver a las aulas después del receso invernal. “Como siempre, dependerá de la decisión de los docentes, pero es algo que no podemos descartar”, anticipó la dirigente sindical Mirta Pretocini (FEB).

“Al final no era tan importante el diálogo y mucho menos el debate con los chicos en las aulas”, aseguran desde Suteba recordando que ya pasaron más de 70 días de la última negociación paritaria en la que el Ejecutivo bonaerense discutió el salario con representantes sindicales que nunca acordaron. Los docentes se aferran a establecer un mínimo del 25% de aumento con cláusula gatillo. Pasar el invierno será más difícil de lo que se imaginaba.

El peronismo revive

"El problema no es el dólar, es el modelo económico de exclusión que lleva adelante Cambiemos”, remarcan desde un sector del peronismo ortodoxo. Desde ese borde también se cuestiona la prematura candidatura del lomense Martín Insaurralde a la Gobernación 2019 “sin hacer la colimba”.

En rigor, el alcalde del Conurbano tiene el respaldo de un grupo de 15 intendentes (o al menos parecen alinearse detrás de su postulación) pero hay rechazos en el kirchnerismo, que quiere instalar un “candidato propio” en el convulsionado PJ bonaerense.

Para esa riña interna también está anotada hace rato la jefa comunal matancera, Verónica Magario. No pocos recuerdan que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.quiere tener algún grado de incidencia en la definición de las candidaturas en la Provincia. En rigor, Unidad Ciudadana le imputa al “peronismo dialoguista” ser aliado de Vidal en las cámaras legislativas del Senado y de Diputados. “En este momento en donde la política se hace mediática, surgen candidatos fugaces”, dicen.

En otra orilla aparece la figura del tigrense Sergio Massa. En las diagonales aseguran que no es ni oficialista ni opositor del todo. Fue uno de los tantos responsables mediáticos del triunfo electoral de Macri. A veces manda a sus legisladores a cuestionar a Vidal pero “bajo cuerda” termina negociando con éxito que el ex diputado del Frente Renovador Juan Amondarain, sea designado como integrante del directorio del Grupo Provincia, la entidad que reúne a las empresas de servicios financieros del Bapro y conduce el primo presidencial e intendente de Vicente López, Jorge Macri.

“Mientras sigamos con este modelo de ajuste, no vamos a avanzar nunca”, afirman desde el massismo legislativo. Y acotan que si bien "el gobierno de Cambiemos llegó al poder con la promesa de que iban a llover las inversiones internacionales, eso no pasó”.

“Hace más de dos años que están profundizando un modelo de ajuste, que se financia con la pérdida de la calidad de vida de los trabajadores, que no resolvió en nada el problema del déficit y nos llevó a una crisis económica de la cual el Gobierno ahora no encuentra cómo salir. El FMI es la peor salida”, indican en pasillos parlamentarios platenses.