Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Leve ajuste de gastos en la seguridad presidencial

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   Aunque con matices, ni la seguridad del presidente quedará afuera de los ajustes de los gastos internos  del gobierno que ordenó Mauricio Macri para dar una señal de austeridad y reforzar el achique de partidas presupuestarias que ahora pilotea el ministro Coordinador, Nicolás Dujovne.

   Tranquilos, que no cunda el pánico. La seguridad que rodea al presidente y a su grupo familiar, esto es su esposa Juliana Awada y su hija Antonia, seguirá cumpliéndose a raja tabla y con la misma eficiencia que hasta ahora, no por alguna decisión graciable sino porque así lo manda la ley que regula el funcionamiento de la División Custodia Presidencial de la Policía Federal, que además depende directamente de la Casa Militar.

   En el marco del fuerte achique de gastos en ministerios y secretarías, y en áreas de la propia Presidencia de la Nación, dispuesto por Macri para compensar ante la sociedad el ajuste de cinturones a que obligará el plan de asistencia financiera que se negocia con el Fondo Monetario Internacional, o los nuevos aumentos en las tarifas de los servicios públicos (luz, gas, transporte), se planea recortar algunas actividades propias del esquema general de seguridad que se consideran prescindibles sin lesionar el núcleo central de la espinosa cuestión.

   En esa decisión trabaja de modo central la secretaría General de la Presidencia a cargo de Fernando De Andreis, de quien depende la Casa Militar y aquella división de la PF, equiparable a los Servicios Secretos de la mayoría de los países del mundo. Se enmarca, por caso y como ya trascendió, en la marcha atrás para la compra de un nuevo Tango 01, que el propio funcionario admitió en las últimas horas que por ahora se archivará en un cajón a la espera de tiempos económicos más prósperos. Por lo que Macri seguirá utilizando para sus viajes al exterior los vuelos de línea o en casos excepcionales mediante el alquiler de aviones privados.

   En el caso de los recortes en la seguridad presidencial se trataría, según fuentes seguras del gobierno, de eliminar los denominados "previos". Así se llama en la jerga de la seguridad a los viajes adelantados que efectivos de la custodia realizan un par de semanas antes a los lugares que visitará el presidente. Se trate de viajes al interior del país o al exterior. A esos "previos" suelen viajar además funcionarios de Ceremonial de la Casa Rosada o de la Cancillería, y miembros de la prensa oficial. Tienen el objetivo en estos dos últimos casos de preparar toda la infraestructura que se requerirá una vez que el presidente llegue a destino. 

   En el caso de los "adelantados", como también se denomina a esos miembros de la custodia, su cometido pasa por explorar cada detalle de los lugares donde estará el presidente, los trayectos callejeros tanto en vehículos como en desplazamientos a pie. El objetivo claramente es prever con anticipación cualquier situación de conflicto, o de potencial riesgo para la seguridad del presidente, que puedan ofrecer  los lugares por los que se desplaza o visita. 

   "Todo eso cuesta pasajes, viáticos, hoteles, comunicaciones y otros gastos que podrían eliminarse sin lesionar la calidad de la seguridad, son esquemas de protocolo que se utilizan desde hace cincuenta años, ahora la tecnología y las comunicaciones permitirán que todo ese esquema se prepare sin necesidad de mandar costosas delegaciones previas", le dijo a este diario un funcionario que está al tanto del plan de recorte.

   Dicen quienes lo frecuentan que el presidente está obsesionado por mostrar que el Estado también está haciendo sus esfuerzos para reducir gastos. Y su propia seguridad, aunque sin lesionarla, no será la excepción. "Los críticos dirán que son monedas, pero en el contexto general del recorte de gastos que no sean absolutamente necesarios se termina haciendo una buena cifra", defiende esa obsesión la fuente gubernamental.