Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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El fondo

   ¡Fondo! ¡Fondos! ¡El fondoooo!

   ¿Cuántas veces se mencionó esta palabra en la semana? ¿Cuántas veces estuvo, está y seguirá estando en el centro de la escena?

   Crisis, dólar, confianza y expectativas; conceptos de la Economía que también se mencionaron; y aunque Usted, mi querido lector no lo crea, crisis, confianza y expectativas son parte del “combo” de la Psicología.

   Tal vez sabe mucho del fondo y de fondos, tal vez no; tal vez a partir de estos días ha comenzado a interiorizarse, o tal vez ya no quiere ni escuchar; y justo caigo con mis Temas Vitales y le arruino el domingo. ¡Tranquilo, no es la idea!

   Hoy estamos centrados en el fondo ¿cómo llegamos hasta acá? ¿Y las formas?

   Mirar las formas, centrarnos en ellas ¿nos conduce a problemas de fondos? Crisis, confianza, expectativas ¿son un ciclo sin fin?

   ¿Qué riesgos encierra “la forma?

   Cuando pensamos o imaginamos una familia, la “forma” que generalmente viene a la mente es la de la familia tradicional, denominada nuclear: padres, hijos y hasta mascota. También podemos pensar en otras formas: familias extensas en las que conviven abuelos, tíos y primos; monoparental, es decir hijos con un solo progenitor.

   Siguiendo con las formas, pues siempre las “miramos”, encontramos familias sin hijos por elección; la de padres separados, las ensambladas devenidas en “los míos, tuyos y nuestros”; la homoparental en la que una pareja de hombres o mujeres deciden ser progenitores, con o sin vientre subrogado.

   ¿Quién o cuándo miramos el fondo de la familia?

   ¡Las familias tienen problemas de fondos! Límites, pautas, afectos, modelos, contención, indiferencia…

   Adolescencia y jóvenes, también nos centramos en su forma. Forma de hablar, de vestir, de consumir… Maduros, inmaduros, pacíficos, disruptivos, “de buena familia” y adolescentes perdidos; jóvenes irritables, rebeldes, “que están todo el día con el celular”, también estudiosos. Despistados, extrovertidos, los que se recluyen y padecen la timidez. La lista y las “temibles etiquetas” serían interminables.

   ¡Jóvenes y adolescentes tienen problemas de fondo! ¿Quién los registra? ¿Quién escucha sus necesidades? ¿Qué referentes y referencias les proponemos? ¿Quién le ayuda y garantiza un proyecto de vida? No los culpabilizo por atiborrarse de tecnología y alcohol. Son víctimas.

   Sociedad ¿miramos su forma? Hay muchas. Moderna, conservadora, industrial, agraria, oriental, occidental, aggiornada, “pacata”, solidaria, indiferente, pujante, “meseta”. Variadas formas…

   ¡La sociedad tiene problemas de fondo! Uno de ellos e histórico es la Educación, tal vez por detenernos siempre en las formas: Ley 1420, nefasta Ley Federal, Ley de Educación Nacional 26.206; polimodal, secundario, amonestaciones, sanciones, repite, recupera… No se dedica presupuesto ni “ideas” de fondo.

   Ancianos, viejos, niñez, salud, seguridad, delincuencia, consumo, pobreza, microeconomía, macroeconomía, populismo, antipopulismo, alianzas, coaliciones, peronismo, macrismo. ¡Formas y más formas!

   ¿Y el fondo?

   Para la Psicología formas y fondos son complementarios. Para la Psicología ya nadie puede solo, las cosas se elaboran, resuelven, tramitan con el otro, a partir de la mirada y la escucha del otro.

   Creo que los problemas de fondo se resuelven con actos de grandeza, conciliando cinco ideas, no muchas más; sin encerrase y sin tozudez, sin fanatismos que destruyen y sepultan.

   ¿Culpables? Muchos, de muchas formas. No quiero que mi país se vaya al carajo, deseo que se puedan resolver los problemas de fondo.