Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Sin elección ni reconocimiento: la historia de Roxana, una ama de casa bahiense

Le dicen que descansa todo el día porque está en su casa.

Fotos: Rocío Zabalza- La Nueva. / Video: Francisco Villafáñez

Por Sol AzcárateSofía FrugoniBrenda Ghiberti y Belén Uriarte.

 

   Llega el fin de semana y mi marido se va a jugar al fútbol o a pescar porque dice que trabajó toda la semana y necesita un descanso. ¿Y yo? Me dice que descanso todo el día porque estoy en la casa.

   Roxana López tiene 31 años, una hija, un hijo, un marido y un montón de trabajo en su casa del barrio Puertas del Sur.

  —En ningún momento paro. Me levanto a las 8 de la mañana con mis hijos y les preparo el desayuno. Mientras ellos terminan de desayunar, me voy a hacer las camas. Vengo, levanto lo que ellos usaron, voy a comprar para cocinar al mediodía, cocino, vuelvo a lavar lo que ensuciaron, lavo ropa, limpio la casa. Después llega mi marido del trabajo, tomo mate con él, vuelvo a hacer de comer y ya ahí es bañarnos, comer y a dormir. Y al otro día, levantarme y limpiar lo que quedó del día anterior.

   Roxana vive todos los días lo mismo. Y termina cansada, con ganas de acostarse y dormir hasta el día siguiente. Siente que no eligió la vida que tiene, que el sistema se la impone a ella y a todas las mujeres.

   —Por el simple hecho de casarte y tener hijos, vas a ser ama de casa. No lo elegís.

   Roxana cuenta que a veces su marido, Nicolás, se encarga de las tareas de la casa. Pero siente que lo hace como si fuese una responsabilidad de ella y una ayuda de su parte.

   Su hija Alma tiene 7 años y su hijo Ignacio, 3. Por ahora solo les pide que colaboren juntando los platos de la mesa, pero ya tiene en claro que no va a diferenciar las responsabilidades por género cuando crezcan.

   A Roxana le preguntás de qué le gustaría trabajar, si pudiera elegir lo que quisiera, y no se lo puede imaginar. Piensa uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete segundos... Respira, mira para arriba, duda y no sabe qué decir.

   —No sé... Cualquier trabajo para salir [de su casa], así sea que tenga que salir otra vez a limpiar a otro lado.

   Todavía se acuerda de cuando era soltera, estudiaba y salía con amigas. Fue así hasta los 25 años, cuando fue madre. Vivía con su mamá, sus 3 hermanos y sus 2 hermanas. Y ahí también las mujeres de la familia eran las que tenían que hacer los trabajos de la casa, mientras lo varones podían irse a jugar a la pelota con amigos.

   —A mi sobrina de 14 años le digo que sea libre, que haga lo que ella quiera. Lamentablemente, siempre y cuando tenga cuidado, hacé lo que quieras hasta ahí. Y quiero que Alma estudie, que sea ella, que nadie le diga que se tiene que quedar lavando o que no puede salir por tener un hijo o por atender a su marido. Que espere para ser madre. No me arrepiento de mis hijos, pero que ella primero se canse de disfrutar su vida.

    La única vez que Roxana trabajó fuera de su casa, fue para limpiar casas ajenas. Y hace un tiempo le planteó a su marido, que es albañil, invertir los roles. Pero su respuesta la dejó sin palabras.

   —Me dijo que yo no iba a llegar a traer a casa la misma plata que trae él, que tendría que tener dos trabajos para ganar lo que él gana con uno. Y lamentablemente tiene razón.

***

   "Una de cada tres mujeres no logra generar ingresos propios". Esa es una de las razones por las cuales mujeres de todo el mundo paran en el Día Internacional de la Mujer.

   Según un estudio, las mujeres ganan hasta un 12 por ciento menos que los hombres por el mismo empleo en la Argentina, lo que conforma una brecha salarial injusta en un escenario en el que el género femenino enfrenta duras complicaciones para acceder a cargos jerárquicos.

   En Bahía la situación no es tan distinta: un informe publicado el año pasado por La Nueva. indicaba que los hombres salen a trabajar casi un 30 % más que las mujeres.

Toda la cobertura de La Nueva. sobre el #8M en Bahía

   Desde el #NiUnaMenos del 3 de junio de 2015, en Argentina los movimientos y las organizaciones feministas cobraron más fuerza. Y bajo consignas como #8M, #Yoparo, #NosotrasParamos, que circulan en las redes sociales, convocan a marchar mañana en diferentes puntos del país.

   En Bahía Blanca la marcha arrancará a las 18:30 desde la Plaza Rivadavia.

¿Por qué el 8 de marzo?

   Hay una polémica alrededor de esta fecha: se señalan dos hechos, ambos ocurridos en la ciudad de Nueva York.

   Por un lado, la manifestación masiva de mujeres de trabajadoras textiles realizada en 1857, donde se reclamaron mejoras laborales y rechazaron el trabajo infantil. Por el otro, el incendio de la Cotton Textil Factory en 1908, en el que 129 obreras fueron quemadas vivas por el dueño de la empresa.

   Cuentan que de las chimeneas de aquella fábrica salía humo violeta. Por eso hoy ese color representa al feminismo.

    En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres en Dinamarca, resolvieron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y el 8 de marzo de 1917 mujeres rusas encabezaron una protesta contra la hambruna, que después condujo a la revolución de Octubre y al establecimiento de un gobierno provisional que concede por primera vez el voto femenino.

    Finalmente, en 1975 la ONU estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.