Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Cautela en el Gobierno por la indagatoria a los Macri

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   "El apellido está en juego, habrá que ver cuánto impacta eso en la campaña". La frase pertenece a un funcionario con despacho en la Casa Rosada, donde en las primeras horas de la mañana se siguió con paso cuidado las reacciones tras la decisión del juez Claudio Bonadío de citar a Franco Macri y Gianfranco Macri, padre y hermano del presidente de la Nación en el marco de la investigación por el presunto pago de coimas en la denominada "causa de los cuadernos".

   Aunque no formó parte de la agenda, el tema sobrevoló la reunión de gabinete nacional que Mauricio Macri encabezó esta mañana en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada. Por fuera de esas deliberaciones, lo que hubo fue sorpresa, cautela y en algunos casos silencio de radio, además de al menos tres declaraciones públicas de funcionarios con el claro intento de despegar al mandatario del llamado a indagatoria a su padre y a uno de sus hermanos.

   En la misma línea, destinada a fortalecer el discurso del Gobierno según el cual no son lo mismo que el cristinismo y que ahora la Justicia trabaja de manera independiente, sin presiones del Poder Ejecutivo, se pronunciaron el asesor José Torello, el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el diputado de Pro, Daniel Lipovetzky.

   En todo caso, el mayor impacto al corazón del Gobierno o del macrismo de paladar negro fue a raíz de las presunciones sobre un posible involucramiento de la causa judicial de los cuadernos que salpicaría a los Macri en la campaña electoral por parte de la oposición, en especial del cristinismo o del kirchnerismo residual.

   En ese marco se pronunció aquella fuente, convencida que la oposición "puede aprovechar el apellido Macri" para hacer campaña, aunque las primeras defensas de la familia del presidente y de algunos de sus abogados tienden a despegar cualquier vinculación con el pago de coimas a cambio de obras públicas durante la gestión de Néstor y Cristina Kirchner, que investiga el juez Bonadio.

   Llamativamente, el presidente evitó esta mañana cualquier referencia a la cuestión y a la citación judicial de Bonadío durante un discurso en la localidad bonaerense de Pilar. Macri apenas si se refirió en general al tema de la "transparencia" que debe regir la relación entre el Estado y los empresarios, a la vez que llamó a "dejar atrás" los "años oscuros" en la contratación de obra pública.

   Algunos funcionarios que siguen de cerca el tema se preguntaban esta mañana, en otro foco de la cuestión, por el "sentido de la oportunidad" del juez Bonadio para citar a Franco y Gianfranco "justo ahora". Sin especulaciones a la vista que permitan suponer que alguien en el Gobierno podría estar viendo "una mano negra", se sorprendieron por la difusión casi en paralelo de la causa por evasión impositiva que sigue la Justicia contra la empresa de los Macri que transportaba energía desde Yacyretá a la provincia del Chaco, en la que Mauricio Macri figuraba hasta 2016 con tenencia de acciones, que en febrero de ese años fueron traspasadas a manos de sus tres hijos mayores.

   "Es todo medio raro", sostuvo aquella fuente, tras recordar que hasta ahora y en el marco de las investigaciones que se llevan adelante en los tribunales de Comodoro Py el único personaje vinculado a la familia Macri que estaba con problemas era Angelo Calcaterra, el primo de Macri, que también está acusado de pagar coimas al Gobierno de los Kirchner a través de IECSA, la empresa de la que luego se desprendió.

  El Gobierno, dicen en los pasillos de la Casa Rosada, se sorprendió por esta citación cuando todos los cañones de la estrategia electoral estaban apuntados a fortalecer el discurso contra la inseguridad que lleva adelante con pleno apoyo presidencial la ministra Patricia Bullrich, disimular de ese modo los contratiempos que sigue entregando la mala situación de la economía, y en tercer lugar continuar batiendo el parche contra los casos de corrupción del kirchnerismo y de los juicios orales que deberá afrontar Cristina Fernández en 2019.

Temen algunos que los seguidores de Cristina salgan ahora a plantar ante la sociedad un discurso que rebosa obviedad e iguala hacia abajo: "van a decir que todos somos lo mismo, que estamos todos en la causa de los cuadernos, cuando claramente no es así", buscó separar las aguas la fuente gubernamental.