Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El macrismo cree que "clausuró" el temido diciembre

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   "Ya estamos, con estas medidas y otras adicionales hemos clausurado cualquier posibilidad de desbordes en diciembre", dice convencido un colaborador de Mauricio Macri. La definición tan tajante y asumida como verdad revelada por el oficialismo llegó luego de las palabras del propio presidente durante la reunión del gabinete del lunes.

   Allí se convino, entre otros análisis, que con el decreto que el Gobierno le impuso por un lado a los empresarios para que beneficien a sus empleados con un bono extra, y esa misma decisión adoptada para el caso de los empleados estatales nacionales y las tres fuerzas de seguridad, el "clima" del mes tan emblemático para todos los gobiernos durante los últimos diecisiete años pareciera despejado de acechanzas.

   Calculan que la baja de la inflación que se registrará en el último bimestre, aunque todavía en niveles cercanos al 3 % mensual, y el pago del medio aguinaldo, ayudarán a mantener el clima social bajo control.

   Claro que hay matices. La incomodidad que esas decisiones provocan en las administraciones de los dos socios claves de la Casa Rosada como María Eugenia Vidal en Buenos Aires y Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad Autónoma no parece ser impedimento para expresar aquel entusiasmo respecto de que en diciembre, salvo hechos aislados imposibles de prever, no habrá problemas como los tan temidos saqueos o violentas manifestaciones callejeras en reclamo de comida o planes.

   Con todo, se reconoce en despachos de Balcarce 50 que el caso de Vidal y Rodríguez Larreta "habrá que seguirlo". En modo especialísimo el de la gobernadora bonaerense, que hace milagros y más también para contener las carencias del bravo conurbano bonaerense y no desconoce el ruido de los grupos kirchneristas que prometen de todos modos ir por aquellos reclamos cuando despunte el último mes del año. Ambos socios del presidente habrían expresado sorpresa, en primer lugar, y cierto malestar, a continuación, cuando se enteraron de los aprontes de la Casa Rosada para otorgar el bono a privados y estatales nacionales.

   En La Plata dicen que el gobierno de Vidal "no tiene fondos" para ofrecer un bonus similar, y que en todo caso el tema se volverá a mirar "en diciembre". Nada menos. Cerca del jefe de gobierno porteño se escudan en que en medio de esas dádivas nacionales la Ciudad va a terminar arreglando un aumento del 30 % con los municipales, lo que obturaría de hecho cualquier pedido por un extra navideño. Al menos eso creen.

   Seguros de la decisión tomada, en el gobierno nacional insisten en que la Nación no iría en auxilio de Vidal ni de Rodríguez Larreta con fondos extras que permitiesen pagar el bono, si es que los dos mandatarios resolviesen sumarse a la algarada nacional. Un sayo que, se reafirmó en la reunión de gabinete del lunes, le cabe también al resto de los gobernares provinciales, en especial aquellos que todavía no han resuelto si otorgarán ese plus de fin de año o si lo harán sólo en el caso de contar con asistencia del Tesoro.

   "El decreto es para los privados y los estatales nacionales, las provincias que decidan otorgar esa ayuda deberán hacerlo con sus propios fondos", dicen en el Palacio de Hacienda. Difícil creer que Macri dejará a la intemperie a sus principales socios. "Tampoco es tan rígido, en diciembre vemos", aclaran por lo bajo.

   Según un mapeo realizado por encargo del ministro de Economía, Nicolás Dujovne, por ahora solo seis provincias (Formosa, Misiones, Santiago del Estero, La Rioja, San Luis y La Pampa, todas peronistas) sobre veinticuatro, acordaron una ayuda extra para sus estatales.

   Aquella convicción del gobierno sobre un "sereno diciembre" provendría, según voceros del gabinete, de dos elementos claves: los acuerdos en general que la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, abrochó en los últimos días con casi todos los movimientos sociales para reforzar la ayuda oficial a esos sectores en su mayoría carenciados o que más han sufrido los efectos de la inflación más devaluación. Y en segundo lugar, aunque no menos relevante, la "pax" que alcanzaron el ministro Dante Sica y su casi renunciado viceministro, Jorge Triaca, con los dirigentes de la CGT de Azopardo, que merced al otorgamiento del bono para los privados avisaron a sus interlocutores que desactivan la idea de un paro general en noviembre o diciembre.

   No es, reconocen aunque sin soluciones a la vista, lo que planea el sindicalismo duro y cada vez más cercano a Cristina, como el Frente Sindical que lidera Higo Moyano y las CTA combativas de Hugo Yasky y Pablo Micheli.

   Por carriles separados, en el gobierno aseguran que la mejora otorgada a las tres fuerzas de Seguridad, Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, que al bono de 5.000 pesos le sumó un plus del 10 por ciento en el aumento salarial acordado en octubre que se cobró a comienzos de noviembre, es también una garantía de que el plan de seguridad para contener diciembre que ejecutan Patricia Bullrich y sus pares bonaerense y porteño, Cristian Ritondo y Guillermo Ocampo, tendrá el respaldo de esos efectivos. "Nunca es bueno armar un plan de alerta para prevenir saqueos con efectivos descontentos o mal pagos", justifican la decisión en Balcarce 50.