Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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¿Por qué el conflicto comercial entre China y los Estados Unidos genera una fuerte incertidumbre en los mercados?

Está en juego el liderazgo económico mundial para las próximas décadas.

Por Gustavo López / Agritrend SA

   La disputa entre los Estados Unidos y China excede el marco del intercambio comercial, especialmente en granos, al jugarse en gran medida el liderazgo económico mundial con miras hacia las próximas décadas.

   El temor de los Estados Unidos de perder la supremacía se basa en el agresivo crecimiento del gigante asiático, que explica el 50 % del déficit comercial americano y que pretende una independencia tecnológica, que le permita consolidarse en los próximos años como la primera economía del mundo.

Los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, en otros momentos.

   Como es sabido, la escalada de controversias entre los dos líderes mundiales, iniciadas en el año anterior por las restricciones al ingreso del acero y aluminio de origen americano a China, se transformó en una serie de incrementos en los aranceles de importación en ambos países, que hacen inviable el normal intercambio comercial.

   En ese esquema, uno de los principales afectados es el poroto de soja, que con tasas de importación chinas del 25 % sobre el valor FOB para la mercadería de origen estadounidense, resulta muy difícil tengan por destino ese origen.

   Recordemos que China importa aproximadamente 90 millones de toneladas por año de este oleaginoso, de los cuales el 40 % provenía de Estados Unidos y el resto lo aportaba, principalmente Brasil y Argentina.

   Esta situación llevó a una fuerte caída en los precios en el principal mercado de operaciones del complejo sojero de Chicago, con bajas que acumulan en los últimos cuatro meses, algo más de 70 dólares por tonelada.

   El menor precio interno en los Estados Unidos, llevó a que la industria procesadora local mejorara sustancialmente sus márgenes de molienda y generara un volumen de aceite y subproductos con destino a la exportación, que compite directamente con la mercadería de Argentina, líder mundial en la provisión de estos derivados.

   En ese marco, y con la posibilidad de un nuevo récord productivo de soja a nivel global, las expectativas de mejoras en los precios son poco probables.

   No sólo se consolida una cosecha récord en el país del norte, sino que se esperan muy buenas cosechas en Brasil y Argentina, recomponiéndose esta última luego de la fuerte sequía que redujo significativamente su oferta.

El licenciado López presume un incremento en la ociosidad de la industria procesadora local.

   Las expectativas para este ciclo es que Argentina incremente sus ventas de poroto de soja a China, en tanto que restrinja —en alguna medida— la molienda local, lo cual no sólo llevará a una primarización de sus exportaciones, sino a un incremento en la ociosidad de la industria procesadora local, que a pesar de la especialización y eficiencia no podrá competir contra el subsidio implícito de su par estadounidense.

   En ese contexto, se suma el inoportuno aumento de los derechos de exportación en Argentina, además de la eliminación de "diferencial arancelario" entre la materia prima y los productos elaborados, que sin dudas se transmitirá al productor, reflejándose en menores márgenes para este cultivo.