Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bajo la presión menos pensada

Hoy, no existen certezas de que los espesos nubarrones que yacen sobre el horizonte albiceleste se disipen con buenos resultados ante los peruanos y en el cierre frente a Ecuador, en la altura de Quito.

M ientras empieza a apagarse la discusión sobre si el cambio del Monumental por La Bombonera será o no gravitante a la hora de enfrentar a Perú, el 5 de octubre, está claro que no sólo el mundillo futbolístico está expectante con el destino que le darán a la pelota Messi y compañía.

¡Sí! ¡Apenas restan nueve meses para que arranque Rusia 2018! Un Mundial por el que la FIFA espera ingresos por casi 2 mil millones de dólares. Y que sin la presencia de La Pulga, de Adidas -que patrocina al crack rosarino- y de los miles de potenciales turistas argentinos que piensan viajar, se verían claramente disminuidos.

Hoy, no existen certezas de que los espesos nubarrones que yacen sobre el horizonte albiceleste se disipen con buenos resultados ante los peruanos y en el cierre frente a Ecuador, en la altura de Quito.

Con apenas dos partidos por jugar y la magra cosecha de 16 goles a favor en igual cantidad de partidos disputados, el equipo de Jorge Sampaoli sufre en zona de repechaje. Y la percepción de que todo puede ocurrir, incluso la debacle de quedar afuera del mayor evento futbolero, es palpable. Real.

Pero no sólo en Rusia miran de reojo las desventuras de nuestra Selección.

Los fabricantes de televisores, las casas de turismo, las cervezas, los celulares y los cableoperadores también, en buena medida, cruzan los dedos para que por fin Messi, Dybala, Icardi o quien sea generen con la casaca argentina lo que producen a chorros con sus equipos en Europa: ¡Goles!

De echo, las agencias de viajes estiman que alrededor de 60.000 hinchas albicelestes viajarían a Rusia para el Mundial. Y hasta ya comercializan pasajes y paquetes que parten desde los 140.000 pesos por una semana de estadía, aunque sin las entradas, que ya salieron a la venta el jueves pasado.

Pero quizás el efecto más demoledor recaiga, obviamente, entre los habitantes de este país.

¿Imagínense en junio de 2018, pleno invierno, con el calefactor en "mínimo" para atenuar los efectos de la factura de gas y viendo un partido de la B Metropolitana en vez de "padecer" el Mundial?

O sea, imposible no tirar por estas horas la famosa frase "que no cunda el pánico".

O aquella otra, que habla de "mejor no estar en la piel de estos muchachos". Fundamentalmente en la de Messi o Sampaoli.