Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Con la mira puesta en la Provincia

Con la disputa electoral por delante, para el Gobierno resulta prioritario conseguir un buen resultado en la provincia de Buenos Aires.

Es lo que miran los inversores: hasta qué punto Mauricio Macri podrá revalidar la victoria del 2015, particularmente en el distrito más complicado del país.

Por eso, los esfuerzos oficiales estarán puestos en particular en brindarle un alivio a los golpeados bolsillos de los bonaerenses.

El último año y medio las familias de la provincia de Buenos Aires sufrieron los efectos de los fuertes aumentos de tarifas y una elevada inflación, lo que generó una importante caída del poder de compra del salario en 2016.

Este año ya se detuvo el deterioro, pero a esta altura queda claro que la recomposición de ingresos será extremadamente lenta.

Distintos estudios muestran que el aumento salarial promedio pactado en las paritarias orilla el 20,5%, en línea con la inflación esperada para este año.

El resto del país, en cambio, tuvo un impacto más acotado sobre los salarios, ya que los aumentos tarifarios se habían producido en los años anteriores.

La mayor parte de los subsidios a las tarifas de servicios públicos se aplica en Capital y el conurbano bonaerense, es decir, la zona metropolitana.

En este contexto, resulta complicado enfrentar la elección clave en la provincia, más aún cuando no hay un candidato de relevancia dentro de la fila de Cambiemos.

La campaña será directamente encabezada por la gobernadora María Eugenia Vidal.

La obra pública muy volcada a las necesidades provinciales es uno de los aspectos más destacados de la política que viene llevando adelante el Gobierno.

Lentamente se van recuperando los puestos de trabajo de la construcción que se habían perdido el año pasado. Y además se genera una fuerte inyección de recursos en la economía provincial, tratando de levantarla luego de un 2016 muy recesivo.

Claro que ese plan reactivador está saliendo bastante caro.

Los últimos números fiscales de abril mostraron que el gasto está creciendo a un ritmo del 38%, cuando la inflación se ubicó en niveles de 27% interanual.

El gasto de capital subió nada menos que 67%, obviamente por los recursos destinados a obra pública. Semejante evolución es insostenible en el tiempo, por lo que el Gobierno ya empezó a trabajar en el esquema que busca que el sector privado también invierta en infraestructura, contra el pago de un cánon una vez finalizada la obra.

Es la única manera para mantener el ritmo de inversiones sin fundir al Estado.

Pero junto a la obra pública, el Gobierno también decidió poner el pie en el acelerador para el otorgamiento de créditos. La línea que aprobará el directorio del Banco Provincia con un descuento del 50% para el consumo en supermercados va en esa dirección.

Con un límite de 1.500 pesos para tarjeta de crédito y otro tanto de débito, por familia podrá ahorrarse hasta 1.500 pesos por mes.

La medida apunta a llevar alivio al bolsillo de los bonaerenses y a revivir el consumo de alimentos y bebidas, que aún se mantiene por debajo de los niveles de 2015.

La caída en la compra de bienes de primera necesidad es el síntoma más fuerte de la crisis. Además, el Provincia también otorgará préstamos blandos para la compra de ciclomotores de hasta 20.000 pesos. Se trata de uno de los sectores que presenta mayor dinamismo en los últimos meses.

Los principales bancos públicos (Nación, Provincia y Ciudad) venían llevando adelante un plan coordinado en materia crediticia, pero el impacto es mucho más lento.

Por ejemplo la posibilidad de comprar en 50 cuotas con tarjeta no tuvo la aceptación esperada, ya que la tasa de interés ronda el 25% (Costo Financiero Total).

Y los préstamos hipotecarios a 30 años tuvieron una enorme demanda, pero el otorgamiento es muy lento. Por lo tanto, el impacto de estos anuncios en los bolsillos y la actividad económica termina siendo extremadamente acotado.

A favor del Gobierno juega el hecho que en las últimas encuestas la gente se vuelve a mostrar más optimista en relación a la situación económica de los próximos doce meses. Pero al mismo tiempo reconoce estar peor que hace un año.

Pero para los analistas privados, la administración macrista no debería pasarse de entusiasmo.

Es que a juicio del economista Daniel Artana, la recuperación para este año no sería de las más significativas: apenas 2,5%, consolidando así una recuperación económica, pero a tasas bajas.

Con mejores perspectivas y algo de alivio en términos de capacidad de compra, las chances de conseguir un buen resultado electoral en la provincia aumentan para el oficialismo.

La esperanza oficial es que si eso sucede lleguen finalmente las inversiones prometidas, que ayudarían a generar empleo y alentar el crecimiento económico. Mientras tanto, las promesas le siguen ganando a la realidad.