Invasión de ratas en Estomba 127, sede de varias fiscalías

Mario Minervino

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Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

 Una verdadera invasión de roedores viene soportando desde hace varias semanas el edificio donde se desempeñan varias de las Unidades Fiscales de nuestra ciudad, en Estomba 127.

Ayer, el sindicato de los judiciales elevó un pedido al Ministerio Público Fiscal para suspender las actividades presenciales en el lugar, de manera de “preservar la salud y el bienestar del personal”.

De acuerdo a algunas hipótesis esa presencia empezó después de la inundación del pasado 7 de marzo y fue aumentando al punto que por estas horas algunos empleados han detectado heces en los teclados de sus computadoras y marcas en los monitores.

Si bien los trabajadores siguen asistiendo al lugar –unos 60 empleados—la situación es cada es más preocupante desde el punto de vista sanitario.

De acuerdo a testimonios recogidos por este diario, ayer comenzó el trabajo de una empresa especializada en plagas, la cual procedió a colocar cebos en todo el edificio. Se estima que habrá que esperar al menos dos semanas para ver si el sistema tiene resultado positivo o si se deberá implementar otro tipo de procedimiento.

“Están en todos lados”

A poco de ocurrida la inundación se detectó la presencia de roedores en el edificio, aunque la misma parecía estar circunscripta a determinado sector. Sin embargo, con el paso del tiempo el número se fue multiplicando y hoy se detectan en todos los pisos del edificio.

Si bien las ratas no huyen del agua en sí, buscan refugio cuando las lluvias causan inundaciones en sus madrigueras subterráneas, como las alcantarillas. Su capacidad para nadar y flotar les permite sobrevivir y luego recurren a lugares secos y seguros para encontrar alimento.

Su presencia excede la impresión que pueden causar verlas. Son animales capaces de transmitir leptospirosis, hantavirosis, salmonelosis, peste negra y mordeduras, las cuales causan síntomas como fiebre, dolor de cabeza, vómitos y/o diarrea. También pueden contaminar alimentos o agua con bacterias o virus presentes en su orina, heces o pelos.

¿Corresponde una clausura?

En Bahía Blanca es habitual escuchar sobre la clausura de comercios debido a la presencia de heces de roedores, decisión que toma el área de Fiscalización municipal. Una vez clausurado el local, requiere una nueva inspección para verificar que se ha eliminado la plaga y a partir de esa situación es el Juez de Faltas Municipal quien evalúa el levantamiento de la clausura.