Avanza la causa de casi 100 kilos de marihuana que nadie conocía
El procedimiento, que hasta hoy estuvo bajo reserva, se hizo a mediados de octubre en el puesto Zoofitosanitario de la ruta 3 sur. La carga iba desde Buenos Aires a Viedma.
La madrugada del viernes 18 de octubre pasado, antes de las 4.30, personal de la Gendarmería que controla el Puesto Zoofitosanitario del kilómetro 714 de la ruta 3 sur, logró desarticular un singular cargamento de droga: más de 97 kilos de marihuana en panes.
Sin embargo la noticia se mantuvo bajo estricta reserva para no entorpecer la investigación. Nunca trascendió hasta hoy.
La droga, un total de 127 ladrillos procedentes de Buenos Aires y con destino a la ciudad de Viedma, se encontraba en dos valijas dentro de un Fiat Siena verde oscuro.
El chofer fue detenido y, con la intervención del Juzgado Federal Nº 2, a cargo de la doctora María Gabriela Marrón, se inició una investigación que poco después dio nuevos resultados.
Hubo allanamientos en Merlo, Morón y Belén de Escobar, provincia de Buenos Aires y se detuvieron a otras 4 personas, mientras que el supuesto emisor de la carga sigue prófugo aunque identificado.
Nombres y roles
El Fiat Siena interceptado con la droga, patente JIC 726, era conducido por Mauro Atilio Leopoldo Pepe Siarria, quien fue inmediatamente detenido y sigue en esa condición.
La droga, un total de 97,847 kilos de marihuana, valuada en unos 90 millones de pesos, había sido acondicionada en dos maletas de color violeta que estaban en el baúl. Una de ellas tenía 64 panes rectangulares y la otra, 63, todos envueltos en papel de color rojo.
Los allanamientos posteriores permitieron las capturas de Fernando David Topfer, Guillermo Raúl Topfer, Jon Michel Wethers, Rocío Erika Castellano, mientras que sigue vigente el pedido de captura de Raúl Oscar Gómez, hermano de Wethers y uno de los principales implicados.
Pepe Siarria quedó vinculado por ser el chofer; Rocío Castellano, por figurar como titular del Siena utilizado; Guillermo Topfer, acusado de ser "punta" del Siena a bordo de un Chevrolet Corsa (avisarle sobre controles policiales y demás situaciones de alerta, aunque algo fallo en el Zoofitosanitario); Wethers, titular del Corsa y Fernando Topfer, presunto dealer y acondicionador de la droga.
Gómez, en tanto, sería quien habría organizado el operativo y le daba instrucciones al conductor del Siena. Está prófugo y desde el 20 de octubre se dispuso su orden de búsqueda y captura y prohibición de salida del país.
En relación con la causa, se dijo que existen medidas de prueba pendientes, como la extracción del contenido de los celulares secuestrados en los allanamientos, a través del sistema UFED, con la idea de obtener más información de la banda.
La investigación tiene que ver con el delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad transporte, agravado por la intervención de 3 o más personas organizadas para cometerlo (artículo 5, inciso C, de la Ley 23.737).
Chofer y futbolista
Jon Wethers, uno de los detenidos, pretendía la excarcelación a partir del arraigo en la localidad de Merlo.
Según informó, es chofer de la aplicación Uber y, a su vez, es futbolista del plantel senior del club Deportivo Merlo.
De todas maneras, la Justicia aclaró que la defensa de Wethers, a cargo de la abogada Natalia Compagnucci, no probó ni incorporó elementos que permitan acreditar esas afirmaciones.
En su descargo durante la indagatoria, el acusado se declaró inocente y dijo que el Corsa se lo había prestado a su hermano por 3 días, porque tenía su camioneta averiada, aunque supuestamente no conocía para qué lo iba a usar.
En su vivienda de Pintos 351, la Policía secuestró documentación del vehículo, patente GLG 161.
La Justicia cree que intervino en la maniobra de tráfico de las drogas, que tenían como destino final algún centro de distribución/abastecimiento de la capital de Río Negro.
La jueza Marrón le rechazó el beneficio y la Cámara Federal de Apelaciones confirmó esa medida, con los votos de Silvia Mónica Fariña y Pablo Candisano Mera.
Consideraron los camaristas que, en caso de liberarlo, Wethers podría llegar a interferir la localización de su hermano u otros eslabones de la cadena delictiva.
Por otra parte, tuvieron en cuenta el tiempo de detención, que no luce desproporcionado; la gravedad del delito y que una eventual pena no será en suspenso, porque el delito prevé sanciones de entre 6 y 20 años de prisión.
Todo ese marco habilita la presunción del riesgo de fuga y del posible entorpecimiento de la causa.