Leloir: un premio Nobel por Bahía Blanca

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

Hace 50 años, en mayo de 1973, visitó nuestra ciudad el médico y bioquímico Luis Federico Leloir, ganador del premio Nobel de Química en 1970.

A sus 64 años de edad, Leloir se había convertido en una celebridad sin resignar un ápice de su natural humildad y su entrega diaria al trabajo. Llegó a Bahía Blanca invitado por el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de la Universidad Nacional del Sur, para ser parte del jurado en un rutinario concurso de profesores.

Nacido en París, donde estaba circunstancialmente su familia, Leloir recibió el Nobel por sus investigaciones sobre los nucleótidos de azúcar y su rol en la fabricación de hidratos de carbono. Comenzó estudiando arquitectura en el Instituto Politécnico de París, aunque dejó esos estudios y regresó a la Argentina para graduarse como médico en la UBA.  Siendo médico del Hospital Ramos Mejía fue que decidió dedicarse a la investigación. En 1936 se especializó en el metabolismo de los carbohidratos, en la Universidad de Cambridge.

Hacia 1943 dejó el cargo de investigador en la Universidad de Buenos Aires en solidaridad con Bernardo Houssay, expulsado por firmar una carta pública en oposición al régimen nazi de Alemania. En 1957, el National Institutes of Health (NIH) y la Fundación Rockefeller decidieron subsidiar la investigación comandada por Leloir ya que el gobierno argentino no demostró interés en hacerlo.

En nuestra ciudad mencionó que gracias al Nobel se le hizo más simple resolver muchos trámites burocráticos y aseguró que seguiría trabajando “hasta que le den las fuerzas”.

Leloir ignoraba, como todos, que estaba pisando la tierra de César Milstein, quien diez años después recibiría el mismo galardón. Falleció el 2 de diciembre de 1987, a sus 81 años. Su corazón se detuvo apenas llegó a su casa luego de terminar un nuevo día de trabajo.