Las veredas y los árboles en la mira

Redacción de La Nueva.

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El municipio anunció el inicio de la segunda etapa de su plan para lograr el arreglo de veredas, muchas de las cuales se encuentran en estado deplorable, conformando un riesgo para los caminantes.

Si bien el arreglo de las mismas es responsabilidad del frentista, la realidad es que un gran porcentaje de vecinos intimados a realizar reparaciones no las realizan, con lo cual la municipalidad seguirá con su política de intervenir en caso de no tener una respuesta.

Una ordenanza lo dice con claridad: Los frentistas son responsables de la limpieza de su vereda, estando obligados a retirar de las mismas todos los residuos y obstáculos que impidan el tránsito peatonal y que puedan causar accidentes a personas que circulen por la misma.

La comuna se hará cargo de esos arreglos y creará una tasa que cada vecino podrá abonar en cuotas.

Junto con la reparación de las veredas se continuará con la plantación de árboles, sobre todo, según se indicó, “en aceras de alta circulación y donde se necesiten más espacios de sombra”

Si bien la comuna viene desarrollando un plan de arbolado, la realidad es que en estos casos se necesita la participación de los vecinos en dos cuestiones relacionadas con los primeros años de vida del árbol.

Por un lado, colocado el tutor que permite su crecimiento vertical, verificar que el mismo cumpla de manera adecuada con esa función. Es habitual ver en la ciudad árboles que ya están inclinados y que serán inevitablemente talados por el riesgo que significa crecer en esa posición.

Por otra parte se pide mayor conciencia ciudadana para regar a esos ejemplares de manera periódica, al menos hasta que por su propio crecimiento logren captar el agua necesaria.

Hay un dato que es concluyente y da cuenta del punto flojo de este tipo de campañas: el 60% de los árboles plantados en la primera etapa de este plan se han secado por falta de riego.