Reconocimientos que hacen a nuestra identidad
Reconocimientos, lugares de encuentro y tradición: un combo necesario y reparador.
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El Centro de Entrenadores de básquet local organizó un emotivo acto donde hizo reconocimientos a varios entrenadores, una de las varias patas que lograron consolidar a la ciudad como Capital nacional de ese deporte.
El Día del Entrenador fue la excusa para reunir a muchos que, desde su lugar, aportaron lo suyo en diferentes épocas para el básquetbol.
La actividad contó con la colaboración del Museo del Deporte y la subsecretaria de Deportes de la Municipalidad.
Un hecho destacable es que el encuentro tuvo lugar en la sede del museo del deporte, en la primera cuadra de calle Drago, donde se exhiben varios testimonios del deporte en general, teniendo un lugar destacado lo relacionado con el básquet.
Pero además permite generar otra visión de esos espacios, que no sean solo puntos para ver objetos sino que funcione como un lugar de encuentro y de actos que tengan que ver con reforzar la memoria, las tradiciones y, como en este caso, los reconocimientos.
Se evocó la figura de Tite Boismené y se hizo entrega de reconocimientos a técnicos que han desarrollado su actividad durante años, la mayoría ex jugadores, responsables de mantener viva la llama que el deporte de los cestos tiene en la ciudad.
Un renglón destacado para el centro que aglutina a estos formadores, que de alguna manera se ha refundado y espera desarrollar una tarea que más allá de aglutinar a los entrenadores se encargue de desarrollar charlas formativas y otro tipo de actividades.
Sería muy interesante también recuperar la llegada de equipos de basquetbol, como en las décadas del 60 y 70, que permitan mantener el contacto de la ciudad con la elite del deporte, sobre todo luego de años de no ser parte de la Liga Nacional.
Una buena iniciativa entonces del Centro, que servirá sin dudas para entusiasmar y apuntalar a las generaciones que llegan.