Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Cuando la hoja supera al teclado

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El ciclo lectivo, en todos sus niveles, ya está en marcha y una vez más veremos intentos individuales de docentes o instituciones que persiguen obtener mejores resultados. Desde el siglo pasado la tecnología ingresó a los salones de clases, al menos a algunos de ellos y por eso aunque la pregunta parece básica es necesaria: ¿al momento de tomar apuntes es mejor la computadora o hacerlo “a la antigua” con birome y hoja?

Una investigación publicada en la revista Psychological Science echó por tierra el estandarte de universidades y escuelas que estimulaban el uso de dispositivos para tomar apuntes.

Daniel Oppenheimer y Pam Muller realizaron un estudio con resultados sorprendentes. Un grupo de estudiantes asistió a una charla TED, la mitad debía tomar apuntes en sus computadoras y la otra mitad con el clásico método de “lápiz y papel. Luego de un tiempo debían responder una serie de preguntas vinculadas con conceptos y datos puntuales como fechas.

La investigación arrojó que al momento de especificar fechas ambos grupos tuvieron un desempeño similar mientras que al momento de desarrollar conceptos quienes utilizaron la computadora tuvieron un mal desempeño. Al cabo de un tiempo y para evaluar memoria se los volvió a interrogar y quienes habían utilizado el clásico método tuvieron mejor performance que quienes tomaron apuntes en la computadora. 

Tomar apuntes a mano involucra distintos procesos cognitivos que cuando se usa un teclado, lo mismo sucede con las cartas que fueron reemplazadas por el e-mail y los servicios de mensajería instantánea, a tal punto que en ocasiones ya ni se escribe y todo se remite a un emoji, corazoncito, pulgar hacia arriba  o las distintas caritas.

Escribir a mano activa tres regiones del cerebro: la visual, la motora y la cognitiva, activándose mayor cantidad de redes neuronales y mejorando la capacidad cognitiva. Además, estimula la memoria y sentidos como el olfativo y el táctil por el uso de papel y tintas. Hay varios beneficios adicionales: permite canalizar emociones pues facilita la expresión sin barreras y se despliega la creatividad y la organización de ideas. 

Otros investigadores coinciden en el impacto que tiene en la memoria escribir a mano, especialmente en la memoria semántica, ya que al tomar apuntes no solo se piensa en lo que se escribe sino en todo el conocimiento que gira en torno a eso que se escribe, también al desplazamiento de la mano y a reglas gramaticales, ortográficas.

Las funciones ejecutivas también se ponen en juego, organizar cómo se va escribir, respetar un margen o imaginar un reglón. A su vez, mientras que la ansiedad se desencadena por la atención dirigida a factores ambientales o a pensamientos, al escribir se resta la atención de esos síntomas y se centran en lo que hay detrás de esa manifestación.

Una vez más todo es cuestión de sentido común; no se trata de demonizar a la computadora o prohibir su uso sino de saber qué recurso es el más indicado, en qué circunstancia y por qué,  es lo que hará la diferencia. ¡Empezaron las clases, a tomar apuntes!