Se pone en marcha el Molino América

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

Hace 124 años, en abril de 1899, comenzó a trabajar “con toda regularidad y éxito sorprendente” el molino América, propiedad del señor Bartolomé Long.

El establecimiento se sumaba al movimiento industrial local y vino a estimular “con energías potentes la industria harinera del Sud”, según comentó este diario.

Como molino era considerado “la última expresión de adelanto moderno” por sus maquinarias y procedimientos. En aquel año fundacional tenía elaboración propias de harinas marcas Bahía Blanca, equivalente en calidad a las marcas 0 y 00; América –especialidad de la casa--; Pampa, una clase pensada para galletas; y Patagonia, harina de clase B.

Aquel año elaboraba 25 mil kilos de trigo cada día, cantidad que fue duplicada en pocos años.

En 1903 sumó la sección fideería y en 1909 amplió aún su campo de acción con la fabricación de barras de hielo. Long falleció en 1908, tomando su viuda el manejo de la empresa.

El edificio que la fábrica ocupaba en calle Brown contaba con dos cuerpos, uno de cuatro pisos, donde estuvo el primer molino, y otro que funcionaba como depósito y fábrica de hielo y fideos. El hielo se elaboraba con máquinas adquiridas en Suiza, marca Sulzer, con una capacidad de producción de 15 mil kilos de barras cristalinas, cada día.

Hacia 1920 la fábrica acusó sus primeros problemas económicos, con una convocatoria de acreedores y el riesgo de ser declarada en quiebra.

Con el tiempo fue cambiando de propietarios pero nunca dejó de funcionar. Hoy opera bajo el nombre de Compañía Molinera del Sur, equipado con equipos de última tecnología para el cultivo del grano, acopio, transporte, limpieza, molienda, carga y control de calidad.

Elabora sémola Premium y sémola estándar para la elaboración de pastas secas, Sémola Rimacinata y Rimacinata extrafina para pastas frescas, pizzas y panes, sémola Gruesa para ñoquis, sopas, postres y pastas gourmet y sémola integral para pastas integrales.

Ubicado su fachada sobre calle Neuquén 80, el frente todavía guarda en su parte superior la leyenda “Molino América” y una particular escalera que da cuenta de su uso industrial