Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Las fotos de tus comidas en las redes sociales

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Facebook, YouTube, WhatsApp, Instagram, WeChat, TikTok, Douyin, QQ, Telegram, Snapchat, Welbo, Qzone, Kuasishou, Pinterest, Reddit, Twitter, Skype, Tieba, Quora, Viber, LinkedIn, Teams, Imo, Line, Tinder, Vimeo, son algunas d de las redes sociales más conocidas. Llegaron con el nuevo siglo, lejos de extinguirse se multiplican y tienen una función especial.

Más allá de la especificidad de cada una, es innegable el fenómeno que se reitera una y otra vez por gran parte de los usuarios: sacarle una foto a la comida y publicarla; y no se trata de si el plato es gourmet o está servido en un restaurante con estrella Michelin, pues la costumbre va desde una simple taza de café hasta el plato más exótico.

¿Qué efectos provoca sacarle fotos a la comida y publicarla?

Una investigación llevada a cabo hace más de una década en la Universidad Brigham Young, en Utah, revela que esta especie de obsesión de compartir las comidas en tablets y smartphones altera el apetito y la sensación de saciedad.

Comida, postre, golosina, infusiones o bebidas, se comprueba que se experimenta una sensación similar a la del cansancio antes de haberla probado o ingerido. Según Ryan Elder, uno de los responsables de la investigación, hay una saturación o aburrimiento sensorial y no se desea continuar con la ingesta, no hay deseos de experimentar con esos sabores que se inmortalizaron en una foto.

La conclusión es que la persona no desea probar la comida. Parten de la hipótesis que imaginar disfrutando algo puede generar sentimientos y síntomas de saciedad, lo que explica que la segundas porciones o la tercera o cuarta hora de una actividad recreativa como los videojuegos, no sean tan placenteras como las primeras.

El estudio se convierte en un aporte de magnitud para quienes intentan bajar de peso, puesto que, si sacarle fotos a la comida impacta en la sensación de saciedad y hasta reduce el placer, se abre una vía de intervención. 

El estudio consistió en que las casi 250 personas reclutadas miren imágenes. La mitad se centró en fotos de dulces y los más deliciosos posters, los restantes miraban comidas saldas como papas fritas y comida “chatarra”. Luego calificaron cada imagen con el grado de apetito que les causaba. Al final del experimento los participantes comieron maníes y se les preguntó cuánto los disfrutaron y la sorpresa fue que quienes vieron imágenes de platos salados disfrutaron menos los maníes que quienes miraron fotos de postres.

La conclusión establece que saciaron su experiencia sensorial, por lo tanto, al momento de disfrutar de una comida se debería evitar mirar imágenes, y hasta se comprueba que el exceso de imágenes generaría hasta malestar estomacal. 

Jeffrey Larson, coautor del estudio, sugiere que ante la debilidad por los chocolates o las pizzas el mirar fotografías evitaría el consumo, sin embargo, una publicación en redes es probable que no impacte ni en las ganas ni en el gusto, aunque es un dato para tener en cuenta para quienes perder peso o para quienes diseñan la emblemática carta de un restaurante.