Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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La casa de las nueve puertas

Un frente de 30 metros y nueve puertas conforman esta singularidad de un casona histórica que fuera además conventillo.

Todo edificio, cualquiera sea su uso --escuela, banco, biblioteca, vivienda familiar-- se caracteriza, por lo general, por tener una entrada principal, un ingreso al cual a veces se lo jerarquiza con una marquesina, un color o una tratamiento diferencial. Cuándo alguien llega a un inmueble y tiene que preguntar por dónde se accede es porque algo no está bien resuelto. Sin embargo, existen casos y casas donde, por cuestiones reglamentaciones o del momento, esa característica de un único ingreso no se verifica.

Es lo que sucede, de modo exagerado, en esta vivienda multifamiliar de calle Brown al 400, ubicada a mitad de cuadra, mano derecha en el sentido de circulación vehicular, inmueble que se destaca por sus casi 30 metros de frente y sus tres pisos, el último de ellos resuelto con una mansarda, propia de los diseños parisinos.

Edificio Sanguinetti, Brown al 400

Completada su construcción en 1921, tiene la singularidad de contar con nueve puertas de acceso, seis aparecen agrupadas en la parte central, tres repartidas en los extremos.

En la actualidad, dos de esas seis puertas se han modificado y aparecen hermanadas, armando el frente de un local que se suma a los tres originales.

¿Porqué tantas puertas? Porque el edificio fue construido como casa de Rentas, mucho antes que existiera el régimen de propiedad horizontal, con lo cual tenía un único propietario al cual la reglamentación vigente le exigía un acceso independiente desde la calle para cada unidad.

Por eso están las que conducen a los pisos superiores y otras a extensos pasillos que llevan a las dependencias ubicadas en el fondo del terreno, un conjunto de habitaciones tipo conventillo que comparten cocina, comedor y baños.

La casa de las nueve puertas está inventariada como bien patrimonial con el nombre de “Casa Sanguinetti”, por el apellido de su primer propietario y constructor. Fue elegida como modelo de conventillo, propuesta habitacional de principios del siglo XX que daba respuesta a las necesidades de miles de inmigrantes que llegaban a la ciudad con pocos recursos.

El viejo conventillo, hoy en estado de ruina

Su estado general es malo, tanto la zona del conventillo como su fachada, que desde hace años tiene montada una pantalla protectora para evitar que la caída de revoques y mampostería dañe a los peatones. Por eso las nueve puertas están bajo techo, con una improvisada y poco vistosa marquesina.

Trocha angosta

Hablando de puertas, otra curiosidad en la materia es la existencia de puertas angostas, las que llaman la atención porque sus medidas, algunas de 50 centímetros de ancho, que parecieran ser un limitante sobre quienes pueden ser sus usuarios.

San Martín al 300, apenas 40 centímetros para entrar

Las hay que son parte de una puerta mayor que por alguna reforma se cortaron y también las que por ser entradas auxiliares adoptaron esas medidas. Están en la ciudad que caminamos cada día, aparecen de pronto, en lugares que quizá transitamos siempre y que de pronto miramos con otra atención y lo que siempre era igual se convierte en algo distinto.

Puerta de servicio del banco Nación, sobre calle Moreno, casi Estomba.