General Cerri y el final de un basural a cielo abierto

Redacción de La Nueva.

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Luego de años de reclamos y de limpiezas parciales, la municipalidad procederá al retiro de toda la basura que forma uno de los basurales a cielo abierto más grandes del partido.

Se trata del ubicado en General Daniel Cerri, donde, de manera natural y casi aceptada por todos, la gente de la localidad vuelva sus residuos, sobre todo el compuesto por elementos que no pueden eliminar mediante la recolección domiciliaria.

Si bien es cierto que ese tipo de conducta –la de arrojar residuos en cualquier sector de la ciudad— es completamente inapropiada, es dable también asumir que hay que disponer de alternativas y lugares donde hacerlo, los cuales sean accesibles y cercanos.

En el caso de General Cerri no se puede pretender que quien disponga de ramas, de un colchón o un elemento pesado deba concurrir al relleno sanitario, es decir recorrer más de 20 kilómetros para su depósito.

De hecho la misma delegación municipal en varias ocasiones ha depositado ramas y otros elementos en ese basural, precisamente por una cuestión de agilidad y comodidad.

De manera que más allá de la obra que se piensa concretar de erradicación del basural –ubicado en terrenos propiedad de un particular— es evidente que si no se instrumentan medidas paliativas no pasará mucho tiempo antes de que vuelva a generarse.

Y no se trata únicamente de evitar la acumulación de basura por una cuestión estética sino que básicamente se generan situaciones peligrosas para la salud, porque con la descomposición de los residuos se corre el riesgo de contaminación de las napas subterráneas y las fuentes de aguas superficiales, además de la generación de gases dañinos para el medio ambiente.

Por eso junto con la limpieza se impone colocar contenedores, establecer sitios donde se puedan depositar determinados residuos con una política constante de recolección y limpieza.