Se habilita el Casanova, con cubierta y a puro baile

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

Hace 64 años, en febrero de 1959, fueron “preinauguradas” las flamantes instalaciones cubiertas del estadio de básquet del club Estudiantes.

Al cumplirse veinte años de su construcción, el estadio de Santa Fe 51 se convertía en el primero de la ciudad en ser cerrado, un elemento clave para la práctica de este deporte en una ciudad donde el viento es protagonista constante. Hasta ese momento se solían disputar algunos partidos amistosos en el Salón de los Deportes de Soler 444  --donde se improvisaba una cancha de básquet en el espacio donde iba el ring-- o en el salón Bariloche del club Olimpo, en calle Sarmiento, tampoco adecuado para el juego.

Lo curioso es que el primer uso que tuvo el estadio albo no fue un partido de básquet ni fueron las figuras del momento las que se encargaron de estrenarlo. Sino que su destino inicial fue servir para los exitosos y concurridos bailes de carnaval. Hasta entonces era habitual que la entidad alquilara las salas del teatro Municipal, del Palacio del Cine o del Grand Splendid para organizar esos encuentros. Pero ahora tenía casa propia y a resguardo de las inclemencias del tiempo.

“Carnaval en Estudiantes. Preinauguración del estadio techado Presidente Dr. Osvaldo Casanova”, rezaba el aviso publicitario, que era amenizado por bailables a cargo de la orquesta típica Luis Bonnat y la jazz Ritmo Continental. Se podía reservar mesa en la sede del club, de 11 a 12 y de 19 a 21.

Los bailes de disfraz y fantasía, así se los denominaba, de aquel verano fueron un éxito, con la pista a pleno con cientos de parejas, todas las mesas ocupadas y una celebración que se estiraba hasta bien entrada la madrugada.

Un mes después, se disputó en el estadio el regional de básquet y entonces sí, tuvo su verdadera inauguración.