Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Cruzar el centro caminado por el medio de varias manzanas: la realidad de un mito urbano

La historia-mito asegura que es posible recorrer seis cuadras del centro bahiense caminando por el centro de seis manzanas. Es real.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   No son muchos, pero nuestra ciudad tiene sus necesarios “mitos urbanos”, algo así como historias de ficción que, al transmitirse de manera oral o escrita, adquieren el valor de una historia real. Es el caso, por ejemplo, de la “existencia” de un pasillo subterráneo entre los colegios Don Bosco y María Auxiliadora o que los leones que decoran la fachada del hotel Muñiz estaban destinados originalmente a ser gárgolas de la iglesia Catedral.

   Hay también algunas historias planteadas como una suerte de acertijo o misterio, aunque facibles de ser verificadas. Una de ellas es la que menciona que en Bahía Blanca se pueden hacer ochos cuadras continuas por el microcentro caminando por el medio de seis manzanas. Es decir la, existencia de una suerte de calle-camino peatonal que atraviesa cada una de esas manzanas sin ningún obstáculo físico –más allá de algún cartel indicador o un impedimento en ciertos horarios- impida completar el recorrido. Esa posibilidad es cierta, es real. Tan certera como curiosa, posible y variada en paisajes y experiencias.

 Entre pasillos, playas y puertas.

   Agentes del destino es una magnífica película protagonizada por Matt Damon y Emily Blunt, en la cual sus protagonistas buscan escapar de una suerte de “agentes celestiales” que intentan evitar se aparten de un supuesto destino predeterminado.

   Para frenar esa intromisión, la pareja escapa por las calles de Nueva York abriendo puertas que los van llevando a distintos sitios, inesperados.

   Nuestra historia es mucho más simple y no intenta cambiar ningún destino ni encontrar un recorrido mágico, pero también incorpora puertas y espacios. Ofrece una secuencia de estacionamientos, comercios, edificios públicos, clubes y plazas que van permitiendo recorrer casi un kilómetro del microcentro bahiense, atravesandolo por el centro de manzana. Se trata de una simple y simpática curiosidad urbana.

Caminante, hay camino

   El singular recorrido comienza a mitad de cuadra en calle Las Heras, entre Chiclana y San Martín, en el estacionamiento vehicular de la sucursal Nº 5 de la Cooperativa Obrera.

Cochera de acceso a la Cooperativa Obrera

   Se ingresa por ese estacionamiento y se accede al edificio, siguiendo la marcha por el pasillo, frente a la línea de cajas, con lo cual se llega a la entrada principal del comercio, en Belgrano 45. Es la primera puerta que se salva.

Pasillo de las cajas, camino a Belgrano

Salida de la Cooperativa, Calle Belgrano.

   Frente a esa salida, unos pocos metros a la derecha, se ubica la parte trasera del histórico edificio municipal, una arcada que conduce a un nuevo estacionamiento, en el patio trasero del Palacio.

Patio posterior de la municipalidad

   Cuando se lo cruza se arriba a una pequeña puerta de ingreso al edificio. Se cruza el hall principal hasta llegar a la doble puerta de ingreso, en Alsina 65. Ya se está frente a la plaza Rivadavia.

Ingreso al Palacio comunal desde el patio trasero.

Salón de los pasos perdidos, camino a Alsina

Puerta y escaleras, Alsina, frente a la plaza Rivadavia

   Supera esa cuarta puerta se continúa el recorrido caminando 235 metros por el centro de la plaza Rivadavia, desde Alsina hasta Sarmiento. Ya se llevan caminados 500 metros desde el punto de partida. Frente a la plaza, ubicamos la sede del club Olimpo, Sarmiento 52.

Poco más de 240 metros, con rumbo a calle Sarmiento

La sede aurinegra, una nueva puerta a superar

   Es el próximo recorrido: distinto, colorido y con mucho movimiento. Se cruza el salón Bariloche, se pasa por el área de gimnasia artística y se accede al pasillo cuya pared izquierda es la de cierre del natatorio. Al final, una nueva puerta, la salida a Rodríguez 43.

Salón Bariloche, pasillo lateral, una puerta al fondo, rumbo al gimnasio

Pasillo lateral del natatorio. La luz al final del túnel: calle Rodríguez.

Una puerta más, calle Rodríguez. Anteúltimo tramo

   Estamos entonces frente al último centro de manzana de la caminata. Para eso volvemos a una playa de estacionamiento, vecina a las instalaciones de Empleados de Comercio, Rodríguez 60.



Una nueva cochera, Empleados de Comercio   

   Superado ese espacio se llega al amplio terreno donde, hasta fines de los 70, funcionó la vieja terminal de ómnibus de larga distancia. Ese último recorrido conduce a un portón y a la salida en  19 de Mayo 41. Es la última puerta.


Final del camino, calle 19 de Mayo 41.   

   Hemos caminado 780 metros, ocho cuadras, en pleno centro, utilizando “calles” centrales en plenas manzanas, por espacios cubiertos y a cielo abierto, atravesando cuatro manzanas, dos a cada lado de la plaza Rivadavia. La calle-mito es una realidad.