Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¡A mojarse en libertad!

El último momento es el del orgasmo, que cuando se alcanza el momento cúlmine es cuándo se da el squirt, la eyaculación o como se dice generalmente “leche” o “lechita” para los más dulces.

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   Distintas investigaciones revelan que el 80 % de las mujeres, sí, el 80 % de las mujeres, tiene sequedad vaginal. No en vano hay toda una industria en  crecimiento respecto de este tema sino que se descarta que sea un problema de una determinada edad.

   Paralelamente es hora de ir hablando, cuestionando y descartando el mito instalado por la pornografía de que las mujeres al momento de tener un orgasmo tenemos la obligación de gritar, el mandato de eyacular  o el imperativo de orinarnos.

   ¡Tanta exigencia me tiene seca!

   Queridas, queridos y querides seguidores, sí, este espacio ya tiene sus adeptos y los invito a reflexionar sobre los fluidos femeninos y poner blanco sobre negro o seco sobre mojado. En cuestiones de sexualidad se debe poder elegir.

   En primer lugar hay que repasar el orgasmo. Dijimos que dicha experiencia dura entre 15 y 25 segundos. Las contracciones rítmicas e involuntarias  son de orden fisiológico y se le suma un aspecto cerebral que tiene que ver con el placer y la desconexión. La cabeza es de suma importancia, si en ese momento estás pensando en las cuentas a pagar o en alguna cuestión pendiente, dudo que el orgasmo sea de calidad.

   A su vez, hay que recordar que un porcentaje cercano al 80 % experimenta orgasmos clitorianos y un 20 % lo alcanza de forma vaginal. Así que ya dijimos no trabajes de gusto focalizándote en una penetración.

   Además la relación tiene una serie de momentos. El primero es el deseo, ganas, impulso y está gobernado por la hormona del deseo o testosterona. El segundo momento es en que se pone de manifiesto la lubricación siendo responsables las glándulas de Skene, y gracias a esto el dolor disminuye, aunque a estas alturas ya nadie debería tener relaciones sin lubricantes que hagan más placentera aun la experiencia y para ambas partes.

   El último momento es el del orgasmo, que cuando se alcanza el momento cúlmine es cuándo se da el squirt, la eyaculación o como se dice generalmente “leche” o “lechita” para los más dulces. 

   Entonces ¿qué es el squirt?

   El squirt proviene de la vejiga, por lo tanto es orina diluida, y alrededor del 10 % de las mujeres lo producen. Esto no significa que el 90 % restante no lo produzcan, todas podemos, solo que se da en orgasmos muy intensos o cuando hubo una estimulación… superlativa.

   En la eyaculación en cambio, no interviene la vejiga y por la actividad glandular se secreta una líquido lechoso similar al semen pero en menor cantidad que se puede presentar durante el  orgasmo e incluso antes.

   Si se ejerce presión sobre la musculatura pélvica o cuando las glándulas están llenas se puede producir una eyaculación, el squirt se da únicamente si hay orgasmo y además existe el orgasmo seco, tal como su nombre lo indica “se acaba” pero sin eyaculación ni squirt.

   Mandatos culturales, educación represiva, mitos y creencias se impusieron durante siglos sobre la sexualidad femenina. Orgasmos silenciosos en los que se intentaba controlar esos fluidos incontrolables gobernaban el placer femenino, también la pornografía y hasta el machismo obligaban a mojarse cuando era imposible sin la estimulación necesaria.
 
   Celebro que cada mujer acabe de la manera que desea y que se moje con total libertad, celebro también esos orgasmos tan intensos que habilitan emociones tan fuertes en los que también hay lugar para  las lágrimas.

   Cada una debe vivir la sexualidad como quiera, hoy más que nunca dejá que fluya y no permitas que nada ni nadie te la seque!

   Hasta el próximo encuentro. Lic. Magda