Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Cuando consumen tu energía

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   Escapar, fugar, drenar, consumir, agotar, absorber, liquidar, usurpar y  hasta robar son acciones, o específicamente verbos, que combinan con la noción de energía. Seguramente en algún momento sentiste esa sensación de que algo tira hacia abajo como si no pudieras emerger, también hacia atrás como si intentar avanzar fuera imposible.

   ¿Podemos hablar de personas o situaciones que aniquilan nuestro estado anímico? ¿Podemos definirlos como una nueva especie de vampiros emocionales que succionan o consumen nuestra energía? 

   Sentir agotamiento y cansancio es habitual cuando se desarrollan ciertas actividades o se viven determinadas situaciones pero también es esperable cuando compartimos momentos con personas que literalmente drenan o consumen nuestra energía. La característica es que al cabo de un tiempo la sensación es la de estar agotado, liquidado.

  Según Martin Seligman, psicólogo estadounidense, estas situaciones conspiran con la propia capacidad de prosperar, aleja de los objetivos establecidos y establece una distancia con las propias necesidades. Las emociones y relaciones positivas y los logros quedan relegados en la lista.

   Compartir con personas quejosas, negativas, envidiosas, resentidas, inseguras y hasta malvadas son un viaje asegurado  hacia al agotamiento de nuestro  caudal energético. No se necesitan muchas horas de intercambio para sentirse abatido.

  Estas personas son de fácil detección pues generalmente cuando se las conoce y en un instinto de supervivencia uno trata de evitarlas, algo así como “ellas o yo”, pues la queja permanente, el resentimiento, la envidia que a veces se destila a través de la mirada funcionan de forma tal que aspiran, drenan, absorben nuestras reservas.

   Evidentemente hay personas que necesitan ayuda profesional pero también están aquellas que nos toman con un contenedor, tarro o hasta camión  en el que depositan toda su basura. Frustraciones, quejas, fracasos, amarguras, resentimientos y cuanto sentimiento negativo se te ocurra es depositado mientras se extrae de tu reservorio todo lo bueno y positivo. Un intercambio de experiencias y energías no consensuado.

   Lo ideal es poder elegir con quienes nos vamos a relacionar pero en el caso de personas y relaciones ineludibles lo ideal una vez reconocidas y detectadas, establecer límites respecto del tiempo que se comparte, reconfigurar el espacio y fijar distancias de forma tal de poder preservarse. 

    ¿Cómo evitar ese drenaje de energías? ¿Cómo alejar vampiros y vampiras?

   Cuando no hay opción y el encuentro es inevitable hay que tener recursos para recuperarse posteriormente y contar con lo que denomino espacios de reciclaje emocional. Escuchar música, leer algo de nuestro interés, hacer alguna actividad física, jugar aunque sea con una aplicación, regar una planta, es decir algo ameno, placentero y que recargue de energía.

   A veces hay personas y circunstancias inevitables, pero la calidad de atención que brindamos, fijar un límite y sobre todo determinar hasta dónde nos puede impactar la negatividad que trae consigo siempre es una decisión propia.