Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Milei y Lorenzo, la amenaza de los diferentes

Uno a nivel nacional y otro en el orden local son los nombres que pueden romper los esquemas de los partidos tradicionales. El primero, por fuera de las grandes coaliciones; el segundo, por dentro.

Javier Milei y Lorenzo Natali.

   El dato clave de la política por estas horas es la continuidad o no de la selección argentina en el Mundial, que se definirá esta tarde ante Polonia. La Copa del Mundo es una perfecta distracción de los temas urgentes y a medida que Messi y compañía avancen seguirá funcionando como tal.

   No es una crítica, el fútbol es parte de nuestra cultura y la mancomunión que se da cada cuatro años genera una sensación de objetivo común muy positiva. Del mismo modo, si algún resultado produce frustración eso se transmite al clima social y lo que antes era expectativa deviene en bronca multiplicada.

   El nivel de hartazgo hacia la clase política y a quienes la circundan, incluidos los periodistas, es cada vez más notoria. Por eso funciona como un respiro este torneo. Pero, cuando vuelva la rutina, más temprano que tarde, regresará la necesidad de respuestas a los problemas reales.

   Ombliguistas como somos, los argentinos muchas veces suponemos que ese cansancio con la política tradicional es un fenómeno nacional. No obstante, es un contexto internacional, tal como demuestran a izquierda y derecha los triunfos electorales de dirigentes que no provenían de los partidos centrales de sus países como el chileno Gabriel Boric (de origen comunista), la italiana Giorgia Meloni (neofascista), el saliente Jair Bolsonaro (ultraderecha) o el peruano Pedro Castillo (izquierda). Es más, en muchos países se dieron ballottages entre candidatos de partidos bien volcados a los extremos ideológicos, como sucedió en Chile, Perú o Colombia, una coincidencia regional muy poco frecuente.

   En tiempos de crisis de representatividad, surge la búsqueda de figuras que rompan con la norma. En rigor, no es algo nuevo. El peronismo menemista hizo un culto de las figuras del espectáculo y el deporte para elevarlos a categoría electoral y así trascendieron el cantante Palito Ortega (gobernador de Tucumán), el automovilista Carlos Reutemann (gobernador de Santa Fe) y el motonauta Daniel Scioli (gobernador de Buenos Aires). Pero en aquellos tiempos el trampolín de los outsiders era la farandulización, mientras que en este momento es el enojo con los políticos profesionales.

   Hoy la figura que amenaza con alterar los equilibrios es un economista mediático, Javier Milei. A esta altura del precalentamiento se mantiene como la tercera opción detrás de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, aunque todavía con pocas chances de desplazar a alguno y meterse en un eventual ballottage. No obstante, es una amenaza latente.

   Sus explosivas declaraciones contra la casta lo subieron a la competencia y no lo mueven a la baja ni siquiera sus exabruptos, como la extravagante idea de que vender los brazos en un mercado de bienes corporales es una manifestación de la libertad individual.

   El voto, está estudiado, es mucho más emocional que racional. Lo sabe cualquier consultor con experiencia. Si para el imaginario popular Milei se convirtió en el antagonista de un sistema que funciona pésimo, es muy difícil que suceda algo que lo saque de ahí.

   A priori, es un dolor de cabeza para Juntos por el Cambio, al captarle electorado de derecha. Pero suponer que el ala progre del Frente de Todos puede contener a todo el voto panperonista es un error. Sin ir más lejos, el crecimiento libertario en Bahía Blanca impactó levemente en el promedio de sufragios que suele recibir Juntos y sí se observó una sensible baja en la propuesta justicialista.

   Es una moneda al aire.

   En el caso de nuestra ciudad, la experiencia electoral con outsiders tuvo a su máximo ejemplo con Héctor Gay, repentino candidato a diputado provincial en 2013 y ganador con toda claridad de la intendencia en 2015. ¿Fue su figura, hiper reconocible para los bahienses, la que otorgó aquel triunfo a Cambiemos? ¿O tuvo suerte porque se montó a ese sello que transmitía el sentir de un gran sector de la ciudadanía local, cada día más anti K?

   Quizás una combinación de ambas. Pero Gay ya entró en la categoría de político profesional y ahora quien representa lo diferente es un excolega suyo de LU2, Lorenzo Natali. Con modos opuestos a los de Milei, la gran incógnita para el tablero 2023 en este distrito es qué hará el diputado provincial.

   Visto desde hoy, pareciera que Juntos por el Cambio en Bahía va a tener que resolver sus diferencias en una primaria, que el oficialismo Pro va a postular a la senadora Nidia Moirano y que quien la desafíe no solo estará disputando el liderazgo de esa coalición sino que el ganador o ganadora de esa PASO se convertirá en principal favorito para la jefatura comunal en las generales. Ninguna perspectiva lógica, en este momento, hace pensar que JxC no ganará los comicios del año próximo en Bahía Blanca.

   Lorenzo deberá definir dos cosas. Primero, si se lanza a competir, impulsado por su triunfo de 2021 en la Sexta Sección ante el amarillo Fernando Compagnoni. En el Pro le bajan el precio a esa victoria diciendo que, si bien ganó en la suma de la región, perdió en Bahía (40.748 votos a 37.000). Es cierto, pero no es menos real que Lorenzo construyó una candidatura en poquísimo tiempo, que la derrota en este distrito fue ajustada y que la noche de las PASO se festejó largamente en los comités y hubo caras largas en el búnker de Colón 72, donde se apagaron las luces bien temprano.

   Lo segundo, si compite, es bajo cuál paraguas. El año pasado encabezó una boleta radical que tenía en su punta a Facundo Manes, pero la fidelidad de Lorenzo sigue siendo con Emilio Monzó, el hombre que lo llevó a la política y que ya se alejó del neurocientífico para transformarse en una de las columnas de Patricia Bullrich.

   A todo esto, días atrás el intendente Gay manifestó su preferencia personal por Horacio Rodríguez Larreta en la interna nacional. ¿Se perfilan los tándems Larreta-Moirano y Bullrich-Lorenzo? Imposible de determinar hoy por hoy, pero ambas opciones están en el cubilete.

   Sí está fuera de duda que Natali mueve el aire, que incomoda a sus colegas que llevan años en la función pública o merodeándola --eso a mucha gente de a pie le cae bien-- y que conserva una buena imagen según los diferentes sondeos. Y, si bien es verdad que altos porcentajes de imagen positiva no necesariamente se traducen en votos, también es un dato que se trata de una buena base para construir.

   "El concepto del intendente no es el estadista. Es el buen vecino, el hombre que refleja la cultura de su pueblo", lo ensalza Juan Pablo Baylac, radical que perdió el bigote pero no las mañas.

   Llegado el caso, los más anti Gay, Moirano y etcétera estarían dispuestos a respaldarlo. Incluso peronistas, que si ven que el Frente de Todos no llega, prefieren la caída del actual gobierno Pro.

   A todo esto, acaba de ingresar el presupuesto 2023 al Concejo Deliberante. Aún no se conocen análisis preliminares de la oposición pero se entiende que harán cuestionamientos. Uno seguramente tendrá que ver con el Mercado Municipal, que se quedará sin directora desde enero tras el recorte de cargos.

   Cuáles serán las obras de reparación en el edificio y cómo serán los plazos formarán parte de la discusión, con un reloj de arena de fondo: el Municipio anunció el 6 de octubre el cierre inmediato del lugar por graves peligros estructurales pero varios negocios siguen funcionando, los clientes continúan yendo y distintos comerciantes aseguran que están lejos de acordar una mudanza.

   Según se indicó desde Alsina 65, la refacción solo se puede realizar con el inmueble deshabitado. ¿Cuándo y cómo sucederá eso? Por ahora no hay respuesta y en un abrir y cerrar de ojos terminará el año.

   Otro tema que el Frente de Todos buscará poner en agenda es la compra de un edificio para el Tribunal de Faltas, que históricamente funcionó en sedes de alquiler. La propiedad adquirida en Brown y Misiones costará 102 millones de pesos, a la vez que requerirá una serie de mejoras.

   El punto de discusión no parece la compra en sí sino los modos. En el FdT plantean que es un expediente que entró de manera repentina para que se trate sobre tablas, sin tiempo para el análisis. Algunas de las dudas son similares a las del Mercado: cuánto costará acondicionarlo (al parecer presenta sectores con mucho deterioro) y cuánto tiempo demandarán esas tareas. También, cuánto se pagará por el alquiler de la nueva casa provisoria del Tribunal, en avenida Cerri 757. Informalmente ya saben que se desembolsarán 850 mil pesos mensuales, con aumentos programados a medida que avance la inflación, pero esperan la comunicación oficial.

   También aguardan con ansias las rondas de secretarios en el recinto para que expliquen cómo utilizarán los fondos asignados a sus áreas. Una de las lupas se pondrá sobre la subsecretaría de Seguridad, área de perfil muchísimo más bajo desde la asunción de Jorge Galli, pero que volverá a tener protagonismo en los próximos meses debido a la incorporación de un nuevo sistema de cámaras urbanas, una deuda de la actual gestión que debería saldarse el año próximo.

   Todos estos temas y muchos otros, desde ya, podrían solaparse si la Argentina avanza firmemente en la Copa del Mundo. Al margen de quién lo usufructúe, ojalá el equipo llegue hasta el último día.