Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Arrancó el plan de especulaciones rumbo a 2023

La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la provincia.

   “Hablamos de las cosas que van bien y las que van mal”, coincidieron no pocos referentes bonaerenses del Frente de Todos.  Básicamente, frente a un contexto preocupante, el escenario inflacionario pasó a ser la primera preocupación gubernamental porque adelgaza los salarios y, a su vez, engorda el malhumor social. 

   Fue después de la decisión del gobernador Axel Kicillof de  organizar una juntada con intendentes peronistas del Conurbano, junto a Máximo Kirchner y sin la presencia de albertistas, con el objetivo de avanzar en una estrategia que les permita retener el poder en la Provincia, más allá de la suerte que se pueda correr el oficialismo a nivel nacional. 

   Es que más de un dirigente del Frente de Todos considera “irremediable” la derrota en las elecciones presidenciales, y por eso buscan refugiarse en el territorio que más afín encuentran, que es la provincia de Buenos Aires. 

   Sobre todo, si se cumple la presunta intención del kirchnerismo puro de retener la gobernación de calle 6 como trinchera política para oponer resistencia durante los cuatros años posteriores a 2023. 

   Durante la cumbre platense algunos intendentes del populoso Gran Buenos Aires esbozaron la posibilidad de retornar a sus municipios en la previa de las elecciones, emulando a Juan Zabaleta, quien no estuvo en la reunión. Sí estuvieron presentes algunos ministros nacionales con poder territorial, como Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi. Además del jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. 

   También hubo una suerte de reproches a Kicillof.  “El ministro Sergio Berni tiene que dejar de hacer show mediáticos y dar respuestas en la Seguridad”, lanzó un alcalde del PJ al indicar las necesidades a nivel municipal. 

   Mientras tanto, en el arco opositor, el radicalismo bonaerense cerró filas detrás de la figura de Maxi Abad, y los exrivales Gustavo Posse y Evolución terminaron acordando una sola lista para la Provincia, y los cuatro delegados al comité nacional. 

   Salvo en algunos distritos como La Plata y Bahía Blanca, incluso en el pago chico de Abad, Mar del Plata, por ejemplo, donde no llegaron a un acuerdo y habrá compulsa, en el resto del territorio consensuaron, y mandaron dos mensajes. Uno hacia adentro del propio partido y otro hacia sus socios del PRO y la Coalición Cívica. 

   En este último caso, lo más importante es el apoyo cerrado que todo el radicalismo bonaerense le dio a Facundo Manes, a quien sostienen como bandera de lucha. Incluso, y a pesar de los propios deseos del neurocirujano, algunos sueñan con una candidatura bonaerense del galeno. 

   Algunos radicales se preguntan por qué molestan tanto al PRO las críticas de Manes, cuando la propia Elisa Carrió ha realizado declaraciones mucho más comprometedoras, con denuncias mediante. Días atrás, Mauricio Macri volvió a criticar al médico radical, sin nombrarlo, pero señalando que “agrediendo a otro de la coalición les va a ir muy mal”. 

   Y al mismo tiempo se responden que quizás sea el neurocirujano quien más mide, y por eso el poder de fuego. Solo hay que recordar que de la nada sacó poco más del 40 % en la interna pasada de Juntos, frente al aparato mediático y publicitario del PRO. 

   En cuanto a la interna boina blanca, el mensaje de los bonaerenses es claro, irán a la pelea por el control nacional, y desde allí influir en el armado electoral y en el cierre de las listas.  

   Con la llegada de nuevos aires, parece que la estrategia de los radicales bonaerenses es ir en búsqueda de un espacio que les supo ser propio durante muchos años, y que les arrebató la liga de gobernadores. 

   Por otro lado, algunos integrantes de Juntos salieron a poner paños fríos a los últimos escarceos públicos. En ese caso, en las diagonales sostienen que el espacio tiene “5 ó 6” postulantes fuertes y mencionan a Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, María Eugenia Vidal, Patricia Bullrich y Facundo Manes, junto a gobernadores radicales. “Nunca hubo tantos candidatos competitivos en un espacio”, resaltan. 

   La cuestión para Juntos será entonces poder llegar a un equilibrio que hoy, a raíz de las declaraciones públicas, e incluso a las ideas esbozadas por unos  y otros, parece muy difícil. Sobre todo el brusco giro a la derecha de algunos sectores del PRO que, quizás con temor al crecimiento del espacio libertario de Javier Milei y José Luis Espert, parecen haber decidido a dar la pelea electoral extremando la grieta. 

   Por el lado del PRO, algunos alcaldes que coincidieron en la Cumbre Mundial del C40 avanzaron en la idea de cuidar a aquellos intendentes o candidatos que midan más del 35 %, blindándolos con la posibilidad de ir en la boleta de más de uno de los candidatos a presidente. La llamada estrategia de la Y. 

   Es que la interna presidencial podría amenazar las posibilidades de los dirigentes locales al tener que optar por uno u otro, y dejando espacio para que se les pueda colar algún imprevisto. 

   Por el lado de los libertarios, Espert adelantó que competirá como candidato a gobernador de la provincia, cerrando por el momento sus negociaciones con Juntos y reencauzando su relación con el economista Javier Milei.