Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Para Diego Galván, ex Olimpo, todos los días sale el “Sol”

A los 39 años, el capitán del abiceleste de Viedma piensa en ponerle fin a una carrera futbolística de casi dos décadas como profesional. Por lo pronto, sigue disfrutando de poder “jugar a la pelota”, como le gusta decir, y de vivir en una ciudad donde lo hacen sentir feliz.

Fotos: Jano Rueda-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   “No solo es el capitán del equipo, es un referente del club y un viedmense más”.

   El auxiliar de Sol de Mayo de Viedma pensó que yo no conocía a Diego Alberto Galván, cuando pedí por él, en la puerta del vestuario visitante, tras el 1-0 del conjunto rionegrino sobre Sansinena, el domingo a la tarde en General Daniel Cerri.

   El “Cabezón”, que dejó un recuerdo imborrable en el hincha de Olimpo después de haber jugado tres temporadas (2003-2004, 2004-2005 y 2010-2011) en Primera división, es hoy el símbolo de “Sol”, la última camiseta, según él, de su extensa y fructífera carrera futbolística.

   A los 39 años y con el físico envidiable de siempre, es el alma de un equipo que, sin figuritas ni nombres rutilantes, lleva dos triunfos al hilo en esta pareja y encarnizada Zona 1 del torneo Federal A.

   “Arrancamos el campeonato con la idea de sumar, porque somos un equipo en formación con muchos chicos nuevos. Es importante sumar fuera de tu cancha, pero resalto la actitud y la entrega de mis compañeros, que día a día entienden de que manera se tiene que jugar en esta categoría”, indicó el ex Lanús, Olimpo, River, Estudiantes, Arsenal y Unión SF, siempre en el plano principal del balompié nacional.

   --Sansinena dominó cierta parte del cotejo y tuvo las chances más claras para convertir, pero la victoria se la llevaron ustedes.

   --Enfrentamos a un rival muy duro, que dependió mucho de las segundas jugadas, que se apoyó reiteradamente en Delorte para que haga de pivote y descargue con la cabeza hacia los costados, buscando espacios o compañeros que picaban en velocidad. El certamen recién arranca y es muy importante ganar para poder seguir corrigiendo y mejorando.

   Cuando Galván dejaba el campo de juego, una voz femenina y el “retírate, estás viejo”, retumbó en un estadio vacío, a una distancia donde el 9 del forastero tranquilamente pudo haber escuchado semejante “muestra de cariño”.

   “Fue livianito lo que me gritó, aunque hubiese preferido un veterano en vez de viejo…(risas).  Con tantos años en el fútbol te acostumbrás, y más en el ascenso. Capaz que no sabe quien soy, pero dejémoslo ahí, lo importante y lo más lindo es que puedo seguir jugando y disfrutando a un nivel competitivo”, señaló quien también pasó por Estudiantes de Caseros y Huracán de Comodoro Rivadavia.

   Diego va a cumplir su séptimo año en Viedma, donde piensa quedarse a vivir tras el retiro, algo que viene pensando con insistencia en este momento de pandemia y donde las condiciones de los futbolistas no son las mismas de siempre.

   “Este puede ser el último año de mi carrera, estoy en un club familiar donde todo lo que se hace es para la institución y eso me motiva a seguir colaborando desde el lugar que me toca. Todos los días me levanto feliz, porque así me hacen sentir en este lugar que elegí y seguiré eligiendo”, admitió.

   --Falta que alguien te proponga como intendente de Viedma.

   --Ja,ja… Hoy disfruto como jugador, y afuera estoy muy pendiente con lo que sucede en el club, ya sea en la parte social, organizativa o dirigencial. En Sol hay gente que colabora y que pone el pecho día a día para ver una entidad mejor, y eso es lo que valoro.

   “Cuando no disfrute más del fútbol veré que hago, aunque este año termino el curso de técnico, y dirigir es algo que me apasiona. Hoy por hoy pienso en el fútbol, más allá de tener algunos proyectos personales muy relacionados a la ciudad y a sus habitantes”.

   --Olimpo perdió 5-1 el clásico ante Villa Mitre, desde tu experiencia, ¿qué reflexión podés hacer?

   --Un resultado raro, más allá de que Villa Mitre mantiene la esencia de un equipo compacto y combativo. A Olimpo lo enfrentamos en pretemporada, amistosamente, y te dabas cuenta de que en algunas cuestiones de su juego iba a sufrir en una categoría tan exigente.

   “Seguramente duele perder un clásico, pero no sé cual es esa sensación porque nunca me tocó perder un clásico…(risas)”, declaró, en clara alusión a su paso por Estudiantes de La Plata.

   --¿Qué sabés de Olimpo a nivel institucional?

   --Poco y nada. Hablé por última vez con el presidente anterior a esta dirigencia (Mauro Altieri), y estuve a un pasito de ir como refuerzo. En ese momento evalué un montón de cuestiones y decidí seguir en Viedma; creo que más cómodo que acá no voy a estar en otro lado. Tengo mi grupo de amigos y vivo bien.

   “A Olimpo le va a costar volver a la Primera Nacional. Cuando descendés y no subís inmediatamente, al otro año la categoría te empieza a ser una carga y vegetar es lo peor que te puede pasar. El Federal A no es para cualquiera, tenés que estar muy bien de la cabeza y demasiado fuerte del corazón”.

   --Antes del partido vi que estuviste charlando con el “Flaco” delorte, compañero tuyo en Olimpo: ¿cuál fue el diálogo?

   --Se sorprendió porque me notó más tranquilo, como que ahora estoy disfrutando del fútbol. Y sí, no quiero renegar más, pero le comenté que estaba orgulloso de verlo a él en una cancha con 42 años y un cuerpo de dos metros. Me cruzo con colegas que hace mucho no veía, como Eric Verón, que me vino a saludar y te juro no lo conocí. Era un pibito cuando yo llegué a Olimpo. Es algo que me sucede a menudo, y es lindo que te pase.