Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Capablanca, la leyenda del ajedrez que jugó simultáneas en el club Argentino

   Este año se cumple cien años de la obtención del título mundial por parte del cubano.

Mario Minervino / mminervino@lanueva,com

 

   Se cumplen este año cien años de la consagración del cubano José Capablanca como campeón mundial de ajedrez, al derrotar en Cuba a Emanuel Lasker, otro genio del juego, sin perder ninguna partida en el match, lo que le dio fama de invencible. Pronto se convirtió en un mito y para muchos en el jugador más extraordinario de la historia.

   Diez años antes de jugar por el título mundial, en julio de 1911, Capablanca llegó a nuestra ciudad, invitado por las autoridades del club Argentino.

   No era el ajedrez una actividad con muchos adherentes en Bahía Blanca, “por la exigencia del tiempo y paciencia que requiere”, según explicó un periodista de este diario, pero resultó gratificante la iniciativa de convocar a este jugador que a sus 23 años de edad sorprendía a propios y extraños con su habilidad natural para el juego, al que los entendidos consideran el jugador “más intuitivo y completo que jamás existiera”.

   A los 12 años de edad había ganado el campeonato cubano y con 18 había vencido a los mejores tableros del mundo. En 1908 realizó una gira por los Estados Unidos, en la cual ganó 168 partidas antes de sufrir su primera derrota.

Capablanca en el club Argentino, 1911

   Conocida su presencia en nuestra ciudad, veinte entisiastas vecinos se acercaron al Club Argentino de avenida Colón y Vicente López con sus tableros.        El arquitecto Joaquín Saurí y el cinco veces intendente electo Jorge Moore se contaban entre los jugadores, todos ellos simples aficionados.

   Apenas pasado el mediodía se iniciaron las simultáneas, las cuales se extendieron por poco menos de tres horas. Capablanca se impuso en 19 de los juegos e hizo tablas con M. Delpech.

   Ese mismo año, 1911, fue invitado al torneo internacional de San Sebastián, España, en el cual algunos participantes se quejaron porque, decían, que “no estaba a la altura del certamen”. Capablanca lo ganó invicto y comenzó a forjar una leyenda que alcanzó un hito en 1921.

   José Raúl Capablanca falleció el 8 de marzo de 1942, en el club de Ajedrez de Manhattan, en Nueva York, mientras miraba una partida. Un tablero fue su última visión en este mundo.