Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Violencia de género: la “mentira” de una víctima y una buena señal de la Justicia

Una mujer agredida por su pareja declaró en el juicio que se había caído de la bicicleta. Al hombre lo absolvieron pero ahora revocaron ese fallo y lo condenaron con otras pruebas, pese a que ella mantuvo la versión. El temor a decir la verdad.

 

Fotos: archivo La Nueva.
imagen
layout="fixed-height">

Audionota: Gino Mondino   

   Culpa, arrepentimiento, necesidad económica, temor. Todas las sensaciones conjugadas o algunas de ellas, por separado, pueden llevar a una mujer a mentir en favor de quien la somete a violencia de género.

   En el "círculo tóxico" que genera el agresor, la víctima muchas veces queda sujeta a lo que en los secuestros se denomina Síndrome de Estocolmo, una especie de vínculo emocional positivo entre el captor y la persona privada de la libertad.

   No son pocas las mujeres que cambian su versión al llegar al juicio para defender a quien la ataca.

   Pero no son muchos los casos que, aún con la "mentira" de la víctima, pueden terminar en una condena.

   Una buena señal dio en los últimos días la Cámara Penal, al revocar la absolución de un hombre violento y condenarlo a un año de prisión efectiva por el delito de lesiones leves calificadas contra su pareja.

   En este caso, a diferencia de lo que evaluó el juez Correccional Gabriel Giuliani, la Sala I de la Cámara entendió que había otros elementos de prueba para volcar la balanza hacia la culpabilidad.

   Y para llegar a esa conclusión no fue menos importante la postura asumida por la familia, que mantuvo sus dichos en la ronda testimonial, sin importar lo que ella pretendía.

Trompada y patadas

   El incidente que motivó la causa sucedió el 30 de septiembre de 2019, sobre las 22.30, en una vivienda de Villa Muñiz.

   Fue cuando M.N.B. le aplicó una trompada en el rostro y patadas en el cuerpo a B.E.M.L., hecho que le ocasionó a la víctima, entre otras marcas, un hematoma azulado en el mentón.

   A la instancia condenatoria de los camaristas Pablo Soumoulou y Gustavo Barbieri se llegó luego de la apelación que formuló el fiscal Eduardo Quirós y que sostuvo su colega Julián Martínez Sebastián.

   Para Quirós, la materialidad del hecho y la autoría de M.N.B. estaban acreditadas y el juez de primera instancia, "en forma errónea", le otorgó mayor credibilidad a los dichos de la víctima que al resto de las pruebas.

   "La víctima cambió la versión de los hechos dada durante la instrucción y la misma aparece huérfana de respaldo frente al resto de los testimonios que la descalifican por mendaz", afirmó el fiscal.

   En el juicio, B.E.M.L. sostuvo que las heridas no eran por golpes de su pareja sino por la caída de una bicicleta.

   Sin embargo, las declaraciones de su hermana y su cuñado, el acta policial y el informe médico desvirtuaron su coartada.

   La doctora Gladis Parrota, que revisó a la joven, confirmó que las lesiones que presentaba "no aparecen como de posible producción por la caída de una bicicleta".

   Destacó que, de ser así, tendría raspones en manos y rodillas y las heridas serían de corte y no con un elemento romo como el puño.

Prueba testimonial

   La chica no solo dijo que se había caído de la bicicleta, sino que no recordaba haber hablado con policías que concurrieron aquel día a su domicilio y que a su hermana le había dicho que solo había discutido con el acusado.

   Sin embargo, los policías que intervinieron en la emergencia coincidieron en señalar que "la víctima les manifestó que M.N.B. la había golpeado" y también dijeron que en la casa, al momento de su arribo, estaban la hermana y el cuñado de la "arrepentida". 

   La hermana de la joven confirmó que esa noche habían cenado juntas y que en un momento apareció M.N.B. alcoholizado y le pidió ir afuera para hablar y así escuchó cómo discutían.

   Agregó que luego entró su hermana y le confesó que el hombre le había pegado e inmediatamente lo vio venir a él con un palo, por lo que decidió llamar al 911.

   El cuñado de la víctima relató las mismas circunstancias y aseguró que en ningún momento ella habló de una caída de la bicicleta.

   Otro dato importante es el registro de la llamada al servicio de emergencias, donde quedó constancia que se pedía ayuda por "una agresión de pareja".

"No hay confabulación"

   La Cámara consideró "suficiente" la prueba para culpar al procesado y entendió -a diferencia del juez Giuliani- que la mendacidad de la víctima tuvo como único objetivo "mejorar la situación procesal del imputado, con quien se encuentra conviviendo en la actualidad".

   "Como sucede en algunos casos de violencia de género, transcurrido un tiempo de la denuncia del hecho del que es víctima, esta se rectifica de lo declarado en un primer momento. Algunas veces lo es por culpa, arrepentimiento o por necesidades económicas, pero es una experiencia que se presenta en más de una oportunidad y este es uno de esos supuestos", consideró el doctor Soumoulou.

   En ese mismo sentido, entendió "desvirtuada" su versión con los testigos del debate.

   "No advierto una confabulación en contra del procesado, menos aún de los preventores policiales y la médica que atendió a la víctima", sentenció.

   Al tener el acusado un antecedente, la Cámara resolvió aplicarle una condena de un año de prisión de cumplimiento efectivo.

"Más común de lo que se cree"

   La fiscal Agustina Olguín, especializada en causas por violencia de género, confirmó que este tipo de situaciones de "arrepentimiento" es "más común de lo que la gente cree".

   A partir del denominado "ciclo de la violencia" se pueden encontrar algunas explicaciones.

   Ese ciclo tiene una etapa de "explosión", cuando se produce el acto violento; luego la fase del arrepentimiento o "luna de miel" y finalmente la acumulación de tensión que reflota la agresión, ya sea física, psicológica o de otra índole.

   Muchas mujeres denuncian inmediatamente después de la "explosión", pero los tiempos procesales demoran el juicio un año o más y cuando llega la etapa de resolución de la causa la pareja transcurre el nuevo "enamoramiento" y la víctima muchas veces cambia de rumbo porque la relación está vigente.

   "No siempre se desdicen, pero a veces minimizan la situación con quien sigue siendo su pareja", explicó Olguín.

   Y también están los casos de aquellas que prefieren no "revictimizarse" y buscan evitar la etapa final de juicio.

   Si como en varias causas existe la sola declaración de la víctima como elemento de cargo -porque muchos hechos se producen entre cuatro paredes o sin la presencia de testigos-, la suerte procesal dependerá del criterio del juzgador, aunque difícilmente se pueda lograr una condena, a diferencia de lo que sucedió en el caso de Villa Muñiz.

   De ahí la importancia que la familia y los amigos puedan aportar pruebas -testimonial, videos, registros de mensajes de WhatsApp- para tratar de quitar a la víctima de ese peligroso círculo del cual pareciera que no querer alejarse.

Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas.