Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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"Soy consciente de que si no tengo del otro lado empresarios, no habrá trabajadores"

El líder de la UOCRA se refirió al cambio en el régimen de indemnizaciones que se está estudiando y que su gremio ya implementó.

Foto: Pablo Presti-La Nueva.

   El líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, sostuvo que los niveles de empleo en la construcción están en la misma cifra que hace 40 años, a pesar del régimen que eliminó las indemnizaciones.

   “El nivel de empleo no está sujeto al sistema laboral”, aseguró y dijo que está dispuesto a debatirlo.

   Martínez repasó las cifras de empleo en la industria de la construcción y confirmó que en los últimos 40 años no se generaron puestos de trabajo, a pesar del régimen especial que eliminó la indemnización para el sector, tal como proponen los empresarios para todo el mercado de trabajo.

   “Hoy tenemos todavía 360 mil puestos de trabajo. Para llegar a lo que fue abril de 2018, cuando se firmó el empréstito con el Fondo Monetario, nos faltarían alrededor de 65 mil trabajadores”, sostuvo Martínez.

   Además reconoció que hace 40 años, cuando llegó a la jefatura del gremio, la cantidad de empleos es la misma.

   “No soy un experto en el tema, perro el nivel de empleo no está sujeto al sistema laboral. Está sujeto a una cierta cantidad de condiciones que hacen a la fórmula polinómica. Ser competitivos, que haya productividad, solvencia, garantías, reglas de juego, previsibilidad”, dijo.

   Sin embargo, para Martínez eliminar las indemnizaciones es un tema en debate.

   “Deberá adecuarse a las diversas circunstancias. No es lo mismo hablar de ésto en otras partes del mundo que en Argentina. Son otras urgencias”.

   El líder de la UOCRA se sumó a las críticas opositoras que vinculan el estancamiento de la Argentina al crecimiento del Estado.

   “Teniendo más empleados públicos no seremos un mejor país. No sucede en ningún lugar del mundo. Soy consciente de que si no tengo del otro lado empresarios, no habrá trabajadores. Lo mismo les sucede a los empresarios. Esa relación bilateral es importantísima. Hay que recuperar la cultura del trabajo, el diseño de la disciplina laboral”.

   --¿Cómo es el sistema de cese de trabajo en la UOCRA?

   --Por la característica de la industria de la construcción, su dinámica, dentro del proceso productivo cada obra, por ejemplo, tiene en diversos períodos distintas actividades que participan. Los gremios, como suele decirse. Está el gremio de excavación, todo el tema de submuración y después la parte cementista, encofrado; los carpinteros, armadores, albañiles, dependiendo de la característica de la obra. Son distintos gremios, todos afiliados a UOCRA”.

   “Son especialidades diferentes con un período de presencia en el desarrollo de una empresa urbana: los dos años que demanda un edificio en el que estos contingentes de trabajadores y trabajadoras participan. Desde el año 67 se trajo la modalidad de lo que se llama el Régimen Construcción. Fue a partir de una experiencia brasileña. Lo trajo en aquel momento el secretario general Rogelio Coria. Fue porque la modalidad de las labores no podía encontrarse con la Ley de Contrato de Trabajo”

   “No se pierden derechos en cuanto a la condición indemnizatoria, en lo que significa la protección social, en el beneficio de no considerar el trabajo como una mercancía. Es el objetivo de lo que significa una indemnización. Entre lo que uno da y lo que brinda debe haber un efecto productivo y una unidad de negocios para el sector empresarial. Son condiciones que hacen a la relación entre capital y trabajo”.

   --¿Cómo funciona?

   --En la construcción le sirve al trabajador o a la trabajadora y al empresario o al contratista. Hay un fondo de cese laboral que aporta el empresario, que es el 12% de lo que gana por quincena o por mes cada trabajador o cada trabajadora, que va a una cuenta individual propia del trabajador.

   --Cuando termina la obra, ¿la persona acumuló allí el 12% de su salario a lo largo de los dos años?

   --O de los seis meses. Si tiene otra obra, se abre otra cuenta. El trabajador tiene la facultad de retirar ese recurso, gastarlo o ponerlo en una caja de ahorro. Ante una nueva relación laboral, el empresario le empieza a hacer el depósito del 12% de lo que gana por quincena o por mes. Si se compara con la ley de contrato de trabajo, no se pierden condiciones de beneficios. El formato brinda agilidad metodológica.

   “Le da previsibilidad al empresario que hace el depósito mientras funciona la dinámica productiva, entre la certificación de obra, el ritmo de trabajo. Eso es lo que se deposita. Así se tiene la posibilidad cuando se manda el telegrama de renuncia o el de despido. Automáticamente, el empresario debe poner a disposición la cuenta bancaria que ya tiene el trabajador, con todos los recursos, depositado mes a mes”.

   --Es un seguro ante el riesgo de que la empresa se funda.

   --El trabajador puede renunciar o ser despedido y tiene su depósito anticipado para retirar. En una época existía la libreta de fondo de desempleo. Hace unos 12 años establecimos de qué manera generábamos un programa como para transformarla en una tarjeta inteligente. Usar la tecnología digital para mejorar el estatus laboral. La tarjeta tiene una banda magnetizada y un microchip. Ahí figura todo el currículo y los cursos de formación y capacitación.

   “Dejamos de ser trabajadores golondrina para formar parte de una base de datos en la que figura todo el historial laboral y de formación y de reentrenamiento. Antes, yo decía ser oficial múltiple e iba a trabajar para la empresa X. El encargado de obra me tomaba y me hacía trabajar durante tres meses como ayudante. Me pagaba como tal, pero me hacía trabajar como oficial múltiple. Se precisaba que apareciera el sindicato para que se le reconociera la categoría. A partir de la tarjeta, la situación varió”.

   “Cada empresa registrada, ya sea contratista o principal, debe tener una lectora. Cuando me dan el alta para trabajar, automáticamente aparece mi formación, se dispara la información a la AFIP, a la obra social y, si quiero ser afiliado, al sindicato. Desde el momento que empezamos a trabajar, somos reconocidos por nuestra capacidad. Se modificó nuestro estatus digital. Así logramos tener acceso a la bancarización. Como tengo un determinado depósito a mi nombre en un banco, soy solvente y puedo sacar una tarjeta de crédito, por ejemplo”, cerró Martínez.