Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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“Fue un terremoto bastante más fuerte que varios que hemos tenido”

Fabio Garbi, periodista del “Diario de Cuyo”, relató cómo vivió el episodio ocurrido en la noche del lunes pasado en la provincia de San Juan.

“En San Juan se sienten movimientos a menudo, pero mucha gente nunca había vivido este tipo de terremotos”, explicó Fabio Garbi

Gustavo Carlos Astolfi / gastolfi@lanueva.com

   La noche del pasado lunes no será recordada por los sanjuaninos como una habitual de los calurosos eneros en la provincia cuyana.

   El terremoto, de 6.4 de magnitud, se sintió muy fuerte en la región, pero la onda expansiva llegó también a varios puntos distantes del resto del país, incluso a algunos edificios de nuestra ciudad.

   A algunos de aquellos que peinan canas se les vino a la mente el trágico recuerdo del 15 de enero de 1944, cuando alrededor de 10.000 fallecieron tras el violento terremoto que tuvo epicentro en La Laja.

   Afortunadamente, en esta oportunidad no hubo que lamentar víctimas fatales, aunque si hubo algunos heridos a los que se debió asistir.

   Pero los sanjuaninos no tuvieron paz los días posteriores al sismo ya que se produjeron numerosas réplicas y los especialistas aseguran que la situación puede mantenerse por los próximos seis meses.

 

    Fabio Garbi (foto), reconocido periodista del “Diario de Cuyo”, relató cómo se vivieron los momentos de tensión e incertidumbre.

   “Afortunadamente estamos bien. Pero ha sido fuerte y largo. Fue bastante más fuerte de varios que hemos tenido. Creo que fue tan fuerte como el del 77 (también en Caucete). Las góndolas de los supermercados, varios comercios y la ruta 40 han sufridos daños. Igualmente la rotura de la ruta es algo habitual, que suele darse”, mencionó.

   El sanjuanino explicó que para llevar adelante la construcción de una casa se deben respetar ciertos protocolos y reglamentaciones para evitar inconvenientes en estos casos.

   “Debido a los sistemas de construcción que existen en esta zona se han minimizado los daños. Las construcciones son una especie de caja de hierro porque las columnas de las paredes están atadas a los cimientos y a las vigas de los techos. Es decir que el movimiento es en conjunto, por lo que no permite que se muevan las columnas y se caigan las paredes. Tiene que se un cataclismo (de 10 u 11 en la escala) para que las casas no resistan”, explicó.

   No obstante, aclaró, puede haber alguna secuela.

   “Se puede agrietar, se puede rajar, pero es muy raro que se caigan. Sí afectan mayormente a las familias de bajos recursos, que han tenido algunos problemas, pero se ha superado”.

   “Fue a 51 kilómetros al sudoeste de la capital, en la zona de Media Agua, que es precordillerana. Solo tuvo una profundidad de 10 kilómetros, por lo que se sintió mucho más fuerte”, manifestó.

La gente de menos recursos,  complicada

   Cuando ocurren fenómenos de este tipo, las familias de menores recursos son las que sufren las mayores consecuencias.

   “Los principales inconvenientes se dieron en las zonas rurales y en algunas casas precarias de asentamientos que aún quedan. Desde 2005 hasta ahora, el gobierno provincial con los distintos gobernadores implementaron un plan para dar viviendas para otorgar viviendas que responden a las condiciones antisísmicas”, explicó Garbi.

Explicación

   El investigador principal del Conicet y doctor en ciencias Geológicas Juan Pablo Milana sostuvo que “desde 1977 no se sentía en la provincia de San Juan un temblor de este tenor”, que “subjetivamente” se sintió menos que otros de nivel similar en la escala de Richter, y que si este sismo ocurría en Buenos Aires, “tiraba la mitad de los edificios”. 

   Agregó que se sintió menos “por el lugar donde se produjo” -la precordillera central- ya que las ondas sísmicas tuvieron que atravesar la zona triangular del valle de Zonda y las estructuras de la Precordillera San Juan, que actuaron como “amortiguador de las ondas sísmicas.


Gentileza "Diario de Cuyo"

   La corteza de la tierra está divida en provincias geológica que tienen sus características típicas”, y el territorio sanjuanino tiene la particularidad de que “allí convergen varias provincias geológicos”, como las Sierras Pampeanas Occidentales, la Precordillera Oriental, Central y Oriental, la Cordillera Frontal y Principal.

   “Cada terremoto es diferente dependiendo de la provincia en que ocurre, porque cómo se distribuye el esfuerzo varía en función de la composición geológica”, explicó. 

   A su vez, el territorio argentino -como toda Sudamérica y parte del Océano Atlántico- está íntegramente comprendido dentro de la placa tectónica denominada Sudamericana, que limita al oeste con la Placa de Nazca, cuyo encuentro casi coincide con la línea de las costas del Océano Pacífico, pero se da en la profundidad de la conocida fosa de Atacama.

   “Este terremoto es totalmente intraplaca porque se produjo a unos 10 kilómetros de profundidad, es decir, muy superficial. Los que se dan entre placas se producen a más de 200 kilómetros”, dijo. 

El recuerdo de lo ocurrido 1944 y 1977

   Cada vez que el suelo tiembla, los sanjuaninos recuerdan los dos terremotos letales que tuvieron en el siglo pasado.

   El primero fue el 15 de enero de 1944. San Juan sufrió un sismo que produjo más de 10 mil muertos. La ciudad desapareció por completa. 

   El epicentro fue en La Laja y tuvo una intensidad de 7,4 grados en la escala de Richter, a una profundidad de 11 kilómetros.

   Ocurrió a las 20.52 y tuvo su epicentro a 20 kilómetros al norte de la ciudad de San Juan, en el departamento Albardón. 

   Destruyó el 80 por ciento de la ciudad y este sismo en Argentina se considera el evento natural más destructivo que se haya registrado en la historia del país Su intensidad máxima fue de 9 en la escala de Mercalli modificada. 

   Puede afirmarse que los efectos desastrosos del sismo se debieron no sólo a la violencia del movimiento, sino a la pésima calidad de la edificación, por la ausencia absoluta de legislación o de buenas prácticas de construcción.

   Treinta y tres años después del sismo de 1944, el 23 de noviembre de 1977, una moderna San Juan en materia edilicia fue nuevamente castigada por la naturaleza con un terremoto de magnitud 7,4, de acuerdo a la medición de la escala de Richter.

   Técnicamente se trató de dos terremotos, uno registrado a las 6.26 de magnitud 6,6 con epicentro en el sector noreste de le sierra de Pie de Palo; que ofició de disparador de un segundo movimiento que se produjo 20 segundos después, con una magnitud de 7 e intensidad IX según la escala Mercalli Modificada. 

   El epicentro se localizó en el extremo sudeste de la misma serranía a una profundidad de 25 kilómetros.

   A diferencia del sismo de 1944, las víctimas fatales que ocasionó el llamado “Terremoto de Caucete” sumaron 65 y más de 300 heridos.

   La amarga experiencia de 1944 marcó un antes y un después en muchos aspectos de la vida de San Juan. 

   El tipo de construcción, con la eliminación de materiales crudos como el adobe, fue uno de los principales avances ya que la reconstrucción de la ciudad se hizo de acuerdo a un Código de Edificación sancionado el 31 de julio de 1951. 

Qué hacer en caso de sismo

   Calma. Es importante mantener la calma y ubicarse en lugares de protección sísmica. Es decir, debajo de un elemento firme y, si ello no fuera posible, junto al mismo.

   Seguridad. Se debe cortar la energía eléctrica, cerrar las llaves de paso de agua y gas, iluminarse con linternas y evitar el uso de velas, fósforos o encendedores ante eventuales fugas de gas. 

   Cuidado. Los especialistas recomiendan alejarse de objetos que puedan caerse, deslizarse o quebrarse como vidrios, espejos o muebles.

   Consejos. Otros consejos útiles son mantenerse alejado de edificios, postes y cables eléctricos. Proteger cabeza y cuello con los brazos y esperar las instrucciones del personal de seguridad a cargo. 

   En viaje. Si el sismo sorprende en la ruta, hay que disminuir la velocidad y tratar de detenerse en un lugar seguro. Y si la persona quedó encerrada o atrapada, hay que mantener la calma y pedir auxilio.