Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Chicos y grandes que quieren ayudar a la comunidad a través del socorrismo

La brigada Fénix se encuentra en formación y ya imparte capacitaciones en técnicas de resucitación cardiopulmonar, inmovilización de heridos y control de hemorragias.

Por Gustavo Pereyra

 

   Una nueva agrupación de socorrismo urbano recientemente formada se consolida en la ciudad a través del trabajo a pulmón. Se trata de la Brigada de Socorrismo y Evacuación Fénix, que cuenta con unos 15 integrantes y se aboca a capacitar y capacitarse para brindar asistencia ante la emergencia, así como apoyo a la comunidad y charlas sobre prevención de accidentes.

   El presidente de la brigada es Jonathan Paredes (30 años, empleado de comercio), quien comenta que no solo asisten adultos, sino también chicos de 13 a 19 años interesados en aprender a brindar los primeros socorros y otros conocimientos de auxilio.

   “Los chicos ya saben cómo usar un desfibrilador externo automático, en caso de que alguien sufra un paro cardíaco”, ejemplifica Paredes, quien agrega que para obtener ese aprendizaje debieron pedir uno prestado, ya que es un aparato de alto costo y la brigada se sostiene con la colaboración de la gente y una cuota de 50 pesos para solventar los gastos de material. También hicieron una rifa de fin de año para juntar fondos, porque por ejemplo no tienen muñeco para reanimación cardiopulmonar (RCP) y por ahora se manejan con uno casero.

   Jonathan agrega que otro elemento necesario en las emergencias que también aprendieron a usar es la tabla de inmovilización espinal que se emplea para evitar que un accidentado sufra lesiones medulares durante el traslado.

   El instructor de la brigada es Humberto Céspedes (40, militar y paramédico), quien explica que los chicos llegan motivados por conocer cómo actuar ante emergencias en su entorno familiar y de amigos.

   “Muchos buscan saber qué hacer si un amigo se lastima o si un abuelito se enferma. Hoy en día, a muchos adolescentes les dan la responsabilidad de cuidar a sus hermanitos y tienen que saber cómo actuar, incluso desde el simple llamado a una ambulancia. Ese es el primer paso para que una persona reciba atención”, cuenta.

   Humberto agrega que las principales técnicas que hay que conocer para salvar la vida de una persona son el parado y control de hemorragias y la resucitación cardiopulmonar, además de saber que por el COVID se actualizaron todas las normas de seguridad.

   Natalia Paniagua (32, secretaria de la brigada y esposa de Paredes) contó que durante el año pudieron hacer talleres virtuales abiertos a la comunidad y con una escuela para hablar sobre la prevención de accidentes con monóxido de carbono, los primeros auxilios, el coronavirus y el socorrismo.

   También se mostró satisfecha por haber podido cerrar el año con un simulacro de evacuación en conjunto con los Perros Detectores K9 de Punta Alta, y realizar el “soporte sanitario” de la Bajada de los Reyes Magos en un merendero de Villa Arias.

   “Consistió en guiar en el mantenimiento del distanciamiento social durante el evento y controlar que no hubiera heridos o golpeados en el lugar. Trabajamos con un equipo de comunicación radial, que es algo que los chicos también ya saben usar”, agrega.

   “Lo que nos moviliza es ser el primer eslabón ante la emergencia, porque acá una ambulancia tarda en llegar entre 30 y 45 minutos —dice Natalia—. Y en este contexto de pandemia, cuando llamás al 107 de emergencias, por lo primero que te interrogan es por síntomas de COVID-19. Y los minutos se pasan.”

   Por ahora, la Brigada no tiene una sede fija, pero se reúne todos los martes y domingos a las 18, en el anfiteatro del Parque San Martín de Punta Alta, donde se imparte la instrucción.

   “No hay nada que te impida ser socorrista —dice Jonathan—. Los interesados pueden acercarse al parque o contactarnos por las redes sociales de la Brigada. Los menores de edad deben ir acompañados de un mayor.”