Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El “masterplan”: pasar el verano y llegar bien a octubre

La columna dominical de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

NA y Archivo La Nueva.

   Las claves de la flamante estrategia pergeñada por la Casa Rosada para pasar el verano sin desafíos insalvables en el plano económico o de asistencia social que va a demandar una segura segunda ola de Covid, y el empalme necesario para garantizar un tránsito controlado hacia un triunfo en las elecciones de octubre, terminó de pulirse esta semana en la última reunión del Gabinete Económico. Valdría remarcar, antes de avanzar, que esto se trata de política, en un país impredecible como la Argentina, y que por lo tanto todo está por verse. Los buenos deseos deben necesariamente plasmarse en hechos, no consignas.

   Básicamente, dicen en los alrededores de esa reunión que suelen encabezar Alberto Fernández y Santiago Cafiero -pero que, esta vez, quedó en manos de Martín Guzmán y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca- que ese plan maestro se asienta en dos soportes fundamentales. Por un lado sostener e incrementar la ayuda social a los sectores más carenciados que figuran en los muy altos niveles de pobreza e indigencia del Indec y de mediciones privadas como la del Observatorio Social de la UCA. Y por el otro, instrumentar desde este mes y probablemente hasta marzo o abril, en una primera etapa, nuevos planes de asistencia al sector privado o a aquellas personas que no posean ingresos regulares.

   Para empezar por el segundo de esos proyectos, en la reunión quedó  aprobado el regreso del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) para aquellos trabajadores informales que habían vuelto a conseguir changas frente a una tenue reactivación de toda la economía que se experimentó en el inicio del último bimestre del año pasado. Según los borradores de aquel encuentro el aporte sería de $ 8.500 por única vez, aunque podría extenderse de acuerdo al panorama que se plantee a partir de marzo. Por su lado la titular de la Anses, Fernanda Raverta, anunció el aumento en el aporte de la AUH.

   Datos que maneja el propio Gobierno y que aportan los delegados de las organizaciones sociales que trabajan sobre el terreno en el conurbano y en otros centros con grandes carencias como el Gran Rosario y el Gran Córdoba, revelan que ese “changueo” que había reaparecido volvió a caerse con la llegada de las fiestas de fin de año y no se recupera en lo que va de 2021. 

   Un endurecimiento de la cuarentena para combatir el coronavirus tal como se ha dispuesto merced a la implementación de restricciones horarias voluntarias anunciada el viernes no hace sino agravar la situación de esos trabajadores informales, por lo general nocturnos. 

   El tema no es menor, y detrás de ese monitoreo muy puntual de la situación social y hasta política en el conurbano y en los sectores carenciados de otras áreas hay un seguimiento diario a cargo de dos de los dirigentes del Movimiento Evita, una de las organizaciones sociales aliadas de la Casa Rosada, como Fernando “Chino” Navarro y Emilio Pérsico, ambos además con cargos dentro del gabinete. “Pudimos atravesar lo más duro de esta pandemia sin un solo estallido y trabajamos para seguir en ese camino”, pone Navarro en contexto el trabajo de esa y otras organizaciones.

    El Gobierno, qué duda cabe, cree que uno de los aspectos claves para atravesar el verano sin sobresaltos y luego apuntarle a salir airoso de las elecciones de medio tiempo es justamente mantener la tranquilidad en aquellas barriadas donde según el propio Navarro la presencia del Estado “es crucial”.

   La siguiente pata de aquella estrategia aprobada el jueves, que prevé que vuelva aunque con otra modalidad la ayuda oficial a las empresas que encuentren dificultades para pagar salarios privados, es hija de un análisis previo no exento de contrapuntos que mantuvo el Gobierno hacia adentro de sus estructuras. En esas discusiones participaron como ya se mencionó en estas páginas dirigentes del ala política, que miran con cuatro ojos la situación social del país en momentos en que hay que ir guste o no a un endurecimiento de la lucha contra la pandemia, con sus pares del ala económica que habían alertado sobre un dato central: la falta de partidas presupuestadas previamente aseguradas para hacer frente a esos nuevos desafíos sin caer en la fatal emisión monetaria. 

    “Busquen un acuerdo”, había pedido el Presidente, y no es casual que el paquete, que incluye la ampliación del pago del REPRO II por un valor de hasta $ 9.000 a sectores considerados esenciales como salud, y actividades en crisis como el turismo, la cultura, los espectáculos y las pymes que reclamen la ayuda oficial, haya sido refrendado por Guzmán y Todesca.  

   Quedó casi cerrado por otra parte con el visto bueno de ambos funcionarios el acuerdo con las grandes cadenas de supermercados y ventas mayoristas para anunciar esta semana una nueva prórroga del programa Precios Cuidados, pero que a diferencia de ediciones anteriores incluiría muchos más productos de la canasta familiar destinada a sectores sociales con necesidades básicas insatisfechas. 

   En despachos políticos del Gobierno dicen que van a ganar las elecciones de octubre y hasta pronostican que obtendrán la mayoría en Diputados, pero que primero hay que “hacer los deberes” para cumplir con tres presupuestos, además del “masterplan” para apuntalar el cortísimo plazo: reactivar todos los indicadores económicos, bajar el déficit fiscal y, la tarea más difícil, que es contener la inflación. Que según estudios privados se ubicaría más cerca del 50 que del 40 %, aunque el plan oficial planea un 35 %, altísimo de todos modos, para todo el año.