Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Lo último: generar “una épica” de la cuarentena

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

   “Necesitamos algo nuevo, crear una épica de la cuarentena para que la gente siga encerrada si es que tenemos que endurecer”. La frase pertenece a un funcionario del gabinete que no integra los equipos de salud, pero que está al tanto todos los días de la lectura política que deviene del larguísimo encierro por la pandemia de coronavirus. Y en especial, por sus consecuencias si es que la tasa de contagios y fallecimientos se mantiene como en la última semana, luego de sobrepasar la línea de los seis mil casos en una sola jornada.

   La búsqueda de esa “épica”, y peor todavía la necesidad de que los millones de ciudadanos que se mantienen en sus casas y en su mayoría con la paciencia por el piso después de cierres, aperturas y otra vez cierres que no parecieran terminar nunca, envuelve de modo central al gobierno nacional y al de la provincia de Buenos Aires, y en mucha menor medida al de la Ciudad.

    El presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof no tienen dudas en que si hay que volver a endurecer el encierro habrá que hacerlo, mientras que Horacio Rodríguez Larreta se siente “más cómodo”, si vale el término, sobre el panorama actual en el distrito que gobierna. Ese es el problema a resolver por la Casa Rosada antes de que este fin de semana se anuncie una nueva etapa de la cuarentena iniciada el 19 de marzo pasado.

    ¿De qué hablan aquellos funcionarios cuando dicen que a falta de alguna otra medicina para combatir el hartazgo social por el encierro habría que encontrar ese plus de consentimiento ciudadano? “Justamente necesitamos que encarne ese gesto épico que le pediríamos a la ciudadanía para que ella misma asuma que no hay más remedio frente a la curva ascendente que ofrecer otra prueba de amor a la cuarentena”, dice la fuente ministerial.

   Salta a la vista que desde el gobierno nacional han empezado a trabajar en esa dirección. El propio presidente no ha dejado de sostener, con otras palabras que puede gustar más o menos la idea del alargamiento de la cuarentena dura pero que no le temblara la mano si no empiezan a registrarse resultados menos catastróficos.

   En la provincia, tanto el ministro de Salud, Daniel Gollán, como su viceministro, el camporista Andrés Kreplak, no han dejado de advertir casi a razón de una vez por día en la última semana sobre el peligro de que colapse el sistema sanitario provincial si no se logra bajar la tasa de contagios y fallecidos.

   Todos ellos, menos Rodríguez Larreta, se insiste, tienen ahora mismo un problema. Los equipos de infectólogos que los asesoran, que hasta aquí llevaron la batuta a la hora de recomendar aislamiento antes que flexibilización, son los mismos que en las últimas reuniones advirtieron sobre los problemas que acarrearía tener que anunciar este fin de semana que o hay marcha atrás, que sería lo menos probable, o se sigue como está, que es muy poco para calmar especialmente a comerciantes, pequeños empresarios y trabajadores informales, los que más sufren económicamente el aislamiento obligatorio.

   “Hay que cuidar muy bien el paso a dar porque la gente literalmente no aguanta más”, le dijo en las últimas horas uno de los médicos del equipo presidencial que más aparece en televisión al ministro de Salud, Ginés González García.

   “Por ahora no (flexibilizar), las encuestas nos dicen que la gente no quiere saber más nada con la cuarentena dura, pero de aquí al viernes veremos, todo puede cambiar según vayan llegando los números”, dicen por ahora en el ministerio de Salud. Reconocen a la vez que la gente, hastiada, ya le perdió el miedo al coronavirus al punto que la última encuesta que leyó el gobierno casi empata entre quienes apoyan la cuarentena y los que piden abrir para recuperar la economía. Un porcentaje que en abril era de 80 a 20 a favor de mantener el encierro.

   El temor a una rebelión social en caso de que el gobierno decida que hay que seguir aguantando hasta esperar el verdadero pico de la curva, aquel que Ginés pronosticó para mediados de junio, ha sido analizado en las últimas horas en Olivos y la Casa Rosada.

   ¿El Gobierno estaría buscando “malvinizar” la lucha contra el coronavirus, convertirla casi en una “gesta patriótica” si no queda más remedio que volver para atrás? “Eso fue épico, podría necesitarse que el sentimiento se repita ahora”, ni confirma ni desmiente el funcionario.